Las nuevas tecnologías y el retrato clásico

Remitido

La aparición de ChatGPT y otras inteligencias artificiales, capaces de generar textos o imágenes a partir de unas rápidas directrices, está revolucionando el mundo creativo. Se conversa sobre ello con Javier Olmedo y Pilar Aceña, un matrimonio de artistas que lleva más de doce años trabajando como retratistas en diferentes técnicas tradicionales, principalmente carboncillo, grafito, pastel y óleo.

—Hay una creciente preocupación —dice Javier— por lo que parecería una competencia desleal. Pero esto no es nuevo. En el siglo XIX, con la aparición de la fotografía, fueron muchos los que creyeron que la pintura iba a desaparecer. Y efectivamente, supuso la pérdida de oficios como el de los siluetistas, que creaban retratos para las clases humildes dibujando la silueta del modelo a partir de una proyección de luz— dice el artista.

»Sin embargo —recalca— la fotografía favoreció a la vez la liberación de muchos artistas y les permitió jugar con otras formas de expresión, dando lugar al impresionismo y al resto de las vanguardias. Hoy en día, la fotografía, como el vídeo, tiene su propio espacio en las exposiciones artísticas, y es a la vez una herramienta más al servicio de cualquier creación plástica. Creo que no merece la pena ir en contra de las nuevas tecnologías, una pelea perdida, sino utilizarlas, lo mismo que los escultores usan motosierras o martillos neumáticos. ¿No se ha hecho con la tecnología 3D y las tabletas gráficas?

—Sí, pero yo creo que el escribir, como el pintar, tiene gracia cuando lo haces tú mismo —añade Pilar— Es como si alguien me dijera “Ya no necesitas crear música, hay unas máquinas que se llaman tocadiscos que la reproducen súper bien”. Y sí, el tocadiscos es una herramienta estupenda, pero casi que seguiré canturreando en la cocina, para desgracia de mis vecinos. ¿Que las IA ya saben crear música e imágenes y escribir? Bien por ellas. Pero lo divertido es escribir, pintar, bailar y cantar por uno mismo. ¿De verdad las personas quieren que una máquina haga eso por ellas? La lavadora fue un invento genial, pero esto es otra cosa.

»Además, cuando alguien te encarga un retrato busca algo especial: Quiere que pongas algo de ti misma. Hay muchas historias muy humanas detrás de un retrato. Y muchas veces la persona retratada se emociona. Sabe que le has dedicado el tiempo, la paciencia y la observación, que él vale ese esfuerzo. Y aprecia el valor de aquello que se crea con las manos, de un trabajo que combina la parte artesanal que te dan los años de oficio con eso imposible de definir que llamamos arte. Y ponerlo en su mejor pared sabiendo que ese retrato es un objeto único. Eso no se consigue dándole a un botón y sacando una fotocopia bonita. Lo que ha dicho Javier es cierto… pero la imagen digital y las técnicas tradicionales son mundos distintos. A mis alumnos y a mí no nos quites el pincel —sentencia Pilar—

Tanto Pilar como Javier realizan retratos por encargo y obras de autor. El Taller de Dibujo y Pintura Aceña – Olmedo, en el que trabajan, es además academia y tienda de materiales para Bellas Artes. En su página web, exponen una amplia galería con sus obras: tallerpilaryjavier.com

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