Las ONG han alertado de que la cifra de refugiados y desplazados en el mundo ha alcanzado «máximos históricos», piden «empatía» a los ciudadanos de los países de acogida y que la acogida mostrada por la Unión Europea y sus estados miembro a las personas procedentes de Ucrania sea un ejemplo de cara al futuro, con motivo de la conmemoración este martes 20 de junio del Día Mundial de las Personas Refugiadas.
Según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) el año 2022 cerró con un total de 108,4 millones de desplazados y refugiados, una cifra 19,1 millones superior que la del año anterior, el mayor aumento de la historia.
Tal y como señala Cruz Roja, «los desplazamientos de refugiados y desplazados internos se encuentran en máximos históricos» debido a «la persecución, las violaciones de los derechos humanos, los desastres, las emergencias climáticas, los conflictos nuevos y antiguos y otras crisis» que impulsan a estas personas a huir de sus hogares.
Ante esta situación, Cruz Roja, que presta su ayuda a través de la cobertura de necesidades básicas, asistencia jurídica o acompañamiento al mercado laboral, invita a aprovechar este día para «fomentar la empatía y la comprensión» de la «difícil» situación que viven estas personas.
«Ningún ser humano es ilegal, y ningún ser humano debe sufrir la muerte, lesiones o malos tratos mientras busca seguridad o una vida más digna en un país o comunidad diferente», subraya.
Además, denuncia la «xenofobia y marginación crecientes» a las que se enfrentan los refugiados, «incluso a través de leyes, políticas y prácticas que tienen como objetivo excluirlos y privarlos de sus derechos en algunos países de destino».
LA ACOGIDA A LOS NIÑOS UCRANIANOS, UN EJEMPLO
Por su parte, Save the Children pide en su informe ‘¿Seguro para quién?’, que la acogida mostrada por la UE y sus Estados miembros a los niños y niñas procedentes de Ucrania marque la pauta de cara al futuro.
Según advierte la ONG de infancia, «una de cada 50 personas refugiadas y migrantes muere o desaparece en las rutas mediterráneas hacia Europa» y «niñas, niños y adolescentes sufren violencia y condiciones inhumanas a su llegada».
Tras analizar datos de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), Save the Children concluye en su informe que desde 2019 más de 8.000 personas de cerca de medio millón han muerto o desaparecido en las rutas mediterráneas hacia Europa, y revela que un 20% de las personas que lograron llegar a Europa eran niños y niñas.
Además, la ONG centra su mirada en los más de 8 millones de personas procedentes de Ucrania, el 40% niños y niñas, que han llegado a Europa desde febrero de 2022.
«Estos niños, niñas y adolescentes se enfrentan a innumerables retos: han huido de una guerra devastadora, se han visto separados de sus familiares y seres queridos, y deben adaptarse a sus países de acogida. Pero no se han enfrentado a la violencia, ni han sido rechazadas y rechazados, ni han tenido que recurrir a tratantes y traficantes de personas», señala la organización de infancia.
Si bien, la ONG avisa de que no todos los niños refugiados corren la misma suerte y «muchos» sufren violencia durante sus viajes a Europa. «A algunos niños y niñas los desnudaron, a otros los obligaron a permanecer de pie en el frío o a soportar descargas eléctricas», señala.
Este es el caso de Abbas, un niño sirio de 10 años, que describe lo que ocurrió cuando llegaron a Grecia: «Fue muy difícil. Estuvimos caminando por el bosque durante horas, sin comida ni agua, sólo caminábamos y rezábamos para que todo saliera bien. Pero 100 metros antes de la comisaría nos llevó una furgoneta. Allí tuve un colapso mental y no me encontraba bien. La policía nos pidió que nos desnudáramos y yo me negué a quitármelo todo», recuerda.
NACER EN UN CAMPO DE REFUGIADOS
Otros niños, directamente, ni siquiera han podido conocer su país, como Kadida, de 13 años, que nació en uno de los campos de refugiados más grandes del mundo, el de Kakuma, en Kenia. Según señala Misiones Salesianas, allí viven más de 180.000 personas que tienen el deseo de que la paz llegue a República Democrática del Congo para volver a sus casas.
«Mis cinco hermanos y yo vamos a la escuela de los misioneros salesianos dentro del campo y estoy contenta, pero me gustaría conocer mi país, viajar y tener una casa grande en otro lugar porque a veces tenemos poca comida», explica Kadida.
Misiones Salesianas advierte de que «una de cada 77 personas en el mundo» se encuentra desplazada de su hogar por la violencia o por una emergencia y alerta de que el número de personas forzadas a huir de sus hogares para salvar la vida «no sólo ha ido en aumento año tras año en la última década, sino que se encuentra en la actualidad en el nivel más alto desde que se tienen registros: más de 108 millones de personas».
Según recuerda la entidad religiosa, citando datos de Naciones Unidas, en el mundo hay más de 40 millones de personas refugiadas en otro país por la violencia u otras emergencias; más de 62 millones de personas viven desplazadas de su hogar dentro de su mismo país y otros 5,4 millones son solicitantes de asilo.
En este contexto, los misioneros salesianos ofrecen su ayuda en campos de refugiados como los de Kakuma (Kenia), Palabek (Uganda) o Pugnido (Etiopía); en asentamientos de desplazados como los de Sudán del Sur; en las fronteras de México, Pakistán, Turquía y Egipto, y ayudan a los refugiados venezolanos en diferentes países.
En total, atienden a más de 500.000 personas desplazadas y refugiadas en el mundo a las que ofrecen desde alojamiento hasta manutención, además de acompañamiento personal y espiritual, atención psicológica y educación.
LA ESCUELA COMO REFUGIO
Por su parte, las ONG de los jesuitas Entreculturas y Alboan han presentado su campaña ‘Escuela Refugio’, en la que se enmarca el informe ‘Escuela refugio, escuela que acoge’, con la que buscan «posicionar la educación como derecho y la escuela como un espacio necesario de refugio y de acogida de la infancia refugiada en cualquier parte del mundo».
«Las escuelas son mucho más que lugares destinados al aprendizaje académico», ha afirmado la coordinadora del Área de Ciudadanía de Entreculturas, Irene Ortega, en la presentación del informe. A su juicio, una educación inclusiva y de calidad es «uno de los pilares para asegurar la integración de las personas migradas, pero también para la construcción de una verdadera convivencia intercultural».
Si bien, ha advertido de que no siempre se consigue este efecto, ya que «los sistemas educativos de los países de acogida no siempre están preparados para responder a las necesidades de la infancia migrante o refugiada, especialmente en el sur global».
Por ello, ha insistido en la necesidad de implicar a toda la sociedad, desde las autoridades hasta las comunidades educativas, pasando por las familias y los barrios para que participen «de manera activa y coordinada en los procesos de acogida e integración».
ESPAÑA, EL PAÍS EUROPEO MÁS DISPUESTO A ACOGER
Según un estudio de Ipsos por el Día Mundial del Refugiado, existe un alto apoyo para dar refugio a las personas que escapan de la guerra o la persecución. Así, un 74% de la ciudadanía mundial afirma que los países deberían acoger a esas personas en estos casos y España es el primer país europeo y el segundo del mundo más dispuesto a acoger refugiados, con un 85% de personas que apoyan esta afirmación.
Además, de los datos se desprende que un 29% de personas en España apoya el cierre de fronteras, el porcentaje más bajo de respaldo en Europa tras Polonia (26%). Asimismo, España es el país europeo en el que más personas creen que los refugiados hacen una aportación positiva, con un 57%.