Les Arts amplía horizontes asomándose al sobrecogedor abismo de ‘Wozzeck’

Redacción

El Palau de Les Arts ha estrenado en València ‘Wozzeck’, la obra maestra de Alban Berg que, pese a cumplir un siglo desde su composición, conserva intacta la modernidad de su mensaje social y la capacidad sobrecogedora de su compleja partitura.

Bajo la dirección musical del maestro titular del coliseo, James Gaffigan, y la escénica de Andreas Kriegenburg, la presentación de este título culmina una temporada lírica en la que el teatro ha ampliado horizontes más allá de su repertorio más representado con invitaciones a «verdaderos acontecimientos culturales» –en palabras de su responsable artístico, Jesús Iglesias Noriega– como el Réquiem de Mozart en la versión de Romeo Castellucci o este mismo ‘Wozzeck’.

La Orquestra de la Comunitat Valenciana volvió a llevarse en el estreno de anoche –que no llenó, pero acabó con largos y calurosos aplausos de los presentes– una enorme ovación junto al maestro Gaffigan. El neoyorquino ya había alabado en las horas previas a la función la «poderosa exhibición» que realiza la formación con este nuevo reto.

El Cor de la Generalitat, la Escolania de la Mare de Déu dels Desemparats y un destacado elenco vocal participan también en la puesta en escena, con el barítono sueco Peter Mattei metiéndose en la piel del atormentado Wozzeck a través de cuyos ojos enfermos el espectador aprecia un distorsionado –mediante un excelente trabajo de maquillaje– y cruel mundo para los más necesitados.

Le acompaña, tras su reciente éxito en la Ópera de París con esta ópera, la soprano holandesa Eva-Maria Westbroek como Marie. Completan el reparto el británico Christopher Ventris (Tambor Mayor), Franz Hawlata (Doctor) Andreas Konrad (Capitán), Tansel Akzeybek (Andrés), Patrick Guetti (Primer aprendiz), Yuriy Hadzetskyy (Segundo aprendiz), Joel Williams (Un loco), Alexandra Ionis (Mararet) y Jorge Franco (Un soldado).

Mención aparte merece el complejo despliegue técnico de la producción –estrenada en la Bayerische Staatsoper de Múnich–, que preside una casa volante de más de seis toneladas que logra crear el efecto óptico de cambiar de tamaño la escena y la perspectiva de lo que sucede en la representación.

La casa dispone, además, de una instalación eléctrica completa para la iluminación escénica. Para su movimiento, se utilizarán 28 varas y cuatro motores puntuales, todos ellos perfectamente sincronizados. El peso total de la ‘caja’ y el aparejo de vuelo eleva a 8,3 la cantidad total de toneladas en el aire. Se trata de la primera vez que un montaje en Les Arts incluye un elemento suspendido de dicha magnitud.

Asimismo, el escenario se cubre con una lámina de agua de 450 metros cuadrados, que obliga a un incremento y seguimiento tanto de los protocolos de seguridad en el trabajo, como en la atención y cuidado de las instalaciones y también de los elementos de utillería y vestuario.

CASI 200 ARTISTAS

Esta monumental obra –que requiere la participación de casi 200 artistas para su interpretación– volverá a verse 29 y 31 de mayo, y 3 y 5 de junio.

‘Wozzeck’ es una obra en tres actos con libreto del compositor
basado en la obra inconclusa ‘Woyzeck’ de Georg Büchner. La ópera de Alban Berg, estrenada en diciembre de 1925, relata una historia real, la del soldado Johann Christian Woyzeck. Un drama de denuncia social y tintes psico-médicos que inspiró a Karl Georg Büchner para escribir, hacia 1836, la que se considera primera tragedia expresionista en lengua alemana, a pesar de haber quedado inacabada y sin un orden claro en las escenas.

De estos materiales, tomaría Alban Berg quince partes y organizaría una dramaturgia personal estructurada en tres actos con cinco escenas cada uno. El personaje de ‘Wozzeck’ –víctima y verdugo al mismo tiempo– ha sido elevado a paradigma de una clase proletaria pobre y explotada, en la que las privaciones materiales son puestas en directa relación con sus miserias morales.

Las + leídas