La playa de Cap Blanc de Cullera (Valencia) ha sido este lunes el escenario de la liberación de 23 tortugas ‘caretta caretta’, conocidas coloquialmente como tortugas bobas, recientemente nacidas. Así, entran en el Mediterráneo por el mismo lugar donde la madre decidió hacer su nido el pasado mes de julio.
En los primeros pasos hacia el mar de estas 23 tortugas han estado presentes el alcalde de la ciudad, Jordi Mayor; el concejal de Medio Ambiente, Bernat Escolá, y la concejala de Bienestar Animal, Marta Tur, además del director del centro de recuperación La Granja del Saler, Juan Antonio Gómez.
Mayor ha destacado que es «un día histórico porque es la primera vez que tenemos registro de una tortuga boba que ha puesto en la playa de Cullera y participamos junto con el Oceanogràfic y Conselleria que son quienes tutorizan su cría y suelta».
Ha explicado que a esta primera suelta se suma un proyecto con el Oceanogràfic de 14 crías más del mismo nido que estarán resguardadas y en observación para que se hagan más grandes y dentro de un año soltarlas también en Cullera: «Un proyecto apasionante que denota que somos una ciudad amiga de los animales».
Las playas de Cullera, gracias a las condiciones de sus arenales y a la calidad del agua, son un lugar perfecto para que las tortugas madre decidan poner sus huevos, tal como ha explicado el técnico en fauna marina de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Juan Eymar.
SEGUIMIENTO DEL NIDO
La tortuga madre de estas 23 que han sido liberadas puso sus huevos en la playa de Cap Blanc de Cullera. En ese mismo momento se activó el protocolo por medio del 112 y rápidamente los técnicos de Conselleria, de la Universitat de València y de la Fundación Oceanogràfic acudieron para resguardarlas con el apoyo de la Policía Local de Cullera, que protegió la zona.
Después, este nido fue trasladado y soterrado en la Playa de la Punta del Parque Natural de la Albufera, una playa de acceso restringido. Estos huevos permanecen alrededor de 2 meses aquí y 15 días antes de su eclosión se monta una guardia de 24 horas diarias para velar por el nido, en este caso custodiadas por voluntarios de la Fundación Xaloc, y poderlas soltar rápidamente en la playa donde la madre decidió poner los huevos.
Eymar ha querido lanzar un mensaje a la ciudadanía explicando que cuando se vea una tortuga en las playas lo que hay que hacer es no molestarlas, dejar que ponga los huevos de forma tranquila y avisar al 112. En esta ocasión se consiguió colocar a la madre una marca de geolocalización por satélite, se ha observado su itinerario y a estas alturas se encuentra por Chipre.