El ministro de Interior de Libia, Jaled Mazen, ha rechazado los recientes informes de varias ONG en defensa de los Derechos Humanos que acusan a las Fuerzas de Seguridad libias de hacer uso excesivo de la violencia contra los inmigrantes.
El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) ha denunciado este domingo que las autoridades libias están intensificando su «violenta represión» contra la población de refugiados, a lo que Mazen ha apostillado que se está gestionando la situación «de manera humana y profesional», recoge el diario ‘The Libya Observer’.
Junto a NRC, la misión en Libia de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha resaltado el caso de seis migrantes que escapaban de un superpoblado centro de detención en la capital y que han muerto a manos de los guardias de las instalaciones.
A este respecto, el ministro libio ha defendido que «no hubo malos tratos ni puertas cerradas en el centro, y esto explica la fuga de cientos de migrantes de las instalaciones», aunque sí ha reconocido el fallecimiento de una persona pero lo ha relacionado con «la estampida» que se produjo «durante el proceso de huida».
«No son verdad los rumores sobre que ningún miembro del Ministerio del Interior haya matado a un inmigrante, además que el Ministerio había liberado previamente a muchos grupos vulnerables, incluidas madres y niños», ha dicho Mazen.
Así, desde las autoridades libias transmiten la idea de que las tensiones en los centros se deben a conflictos entre los residentes, mientras que desde la OIM apuntan a que el «hacinamiento» es el causante.
«Hasta ahora, tres embajadores africanos han visitado a los migrantes, y se les garantizó la seguridad de sus ciudadanos durante la detención (…) La Oficina de Derechos Humanos del Ministerio del Interior está trabajando activamente en el campo de los derechos de los inmigrantes, y no es cierto que la Oficina esté cerrada», ha remarcado el ministro.
Finalmente, Mazen ha insistido en que su Ministerio ha sido transparente en el manejo del expediente migratorio y no niega la posibilidad de «errores individuales», pero ha remarcado estar decidido a tomar las medidas necesarias.
MIGRANTES FALLECIDOS
Por su parte, la OIM confirmó el sábado no solo las muertes de los seis migrantes, sino que otros 24 resultaron heridos por los disparos de los guardias. De ellos, según el NRC, siete necesitaron intervención médica urgente al correr peligro de muerte.
El incidente ocurrió en el superpoblado centro de detención de Al Mabani donde, en el momento de la revuelta, se encontraban hacinadas más de 3.400 personas, entre ellas 356 mujeres y 144 niños, la mayoría detenidos durante la ola de arrestos efectuada la semana pasada por las autoridades libias contra la población de migrantes del barrio de Gergaresh.
«Esta nueva y aterradora realidad para los migrantes y refugiados ha sido ignorada por la comunidad internacional, particularmente los estados europeos que han apoyado a las autoridades libias con ayuda», ha manifestado el director nacional de Libia del NRC, Dax Roque, en referencia al acuerdo por el que Libia se comprometió a actuar de «estado tapón» contra la ola migratoria hacia Europa a cambio de asistencia económica.
«La comunidad internacional debe reconocer su papel a la hora de alimentar esta última crisis en Libia y asegurarse de que las autoridades libias se comprometan a poner fin a la violencia contra los migrantes y refugiados en el país», ha concluido Roque.