En ‘Los negros’, de Antonio Palacio, los esclavos negros traídos a la fuerza de África desde el siglo XIV viven en los arrabales de Sevilla, muchos de ellos en la marginalidad o luchando por sobrevivir. El arzobispo Don Gonzalo de Mena no sólo les da un hospital y una capilla, sino una Hermandad para integrarlos en la sociedad. Así, se convierten en la primera congregación religiosa de estas características, un título que tendrán que defender ante las otras.