Los adolescentes españoles pueden llegar a tener tres tipos de perfiles en redes sociales

Alfonso de la Mata

Los niños españoles de entre 9 y 16 años consultan las redes sociales todos los días y los de mayor edad, incluso, pueden llegar a tener hasta tres tipos de perfiles en ellas: uno para la familia, otro para buscar de forma anónima y expresar libremente sus opiniones y un tercero para espiar a otros usuarios.

Es una de las conclusiones a las que ha llegado un estudio realizado por Gaptain sobre la Ciberseguridad y Convivencia escolar 2020, que viene referido en un reciente análisis crítico sobre los Riesgos en el uso de Internet y las redes sociales durante la infancia y la adolescencia publicado en la plataforma Frontiers.

Con motivo del Día Internacional de las redes sociales, que se celebra cada 30 de junio, esta investigación pretende conocer cuáles son las actitudes de niños y jóvenes sobre el uso de Internet y las redes sociales, conocer las tensiones intergeneracionales entre estos y los adultos y la dificultad de llegar a un consenso al utilizar estos servicios.

En esta investigación se destaca que el uso de dispositivos móviles ha ido en aumento en los últimos años en España, dato que ha generado gran interés en la comunidad académica por investigar los usos, riesgos, amenazas y oportunidades para los niños y jóvenes, especialmente los pertenecientes a la Generación Alfa.

La Generación Alfa es la que sucede a la Generación Z y es el término con el que los investigadores y medios de comunicación hablan de los niños nacidos en la década de 2010 y denominan a la primera generación que será 100 por cien digital.

El hecho de que sean personas que conviven desde sus inicios con todo tipo de aparatos tecnológicos y dispositivos electrónicos hace necesaria una labor de concienciación y control de uso por parte de los padres, que han de encargarse de acercar a los menores a los riesgos a los que se exponen cuando utilizan Internet.

En esa línea, el estudio ‘Tendencias de Consumo y nuevos canales para el marketing en menores y adolescentes. La generación Alpha en España y su consumo tecnológico’ determina que los niños menores de 8 años ven Internet como una herramienta de entretenimiento, especialmente YouTube.

Las redes sociales también son otra fuente de atracción para los menores y, aunque en España la edad legal para acceder a estas plataformas está entre los 13 y 14 años, millones de niños que no alcanzan esas edades disfrutan habitualmente de estos servicios.

El informe EU Kids Online de 2020, por ejemplo, determina que los niños de entre 9 y 16 años consultan las redes sociales todos los días o con mucha frecuencia cuando están en las etapas escolares correspondientes a la Educación primaria.

Además, y según la investigación de Gaptain, los usuarios de secundaria comienzan a tener tres tipos de perfiles en redes sociales: uno para la familia, otro para expresar sus opiniones de forma anónima y el tercero, para espiar la actividad de otros miembros de las comunidades de TikTok, Instagram, YouTube o Twitter.

EL PELIGRO DE LOS ‘INFLUENCERS’ COMO REFERENTES

En este sentido, desde esta empresa social especializada en educación y seguridad digital para niños apuntan que las redes sociales están coeducando a los más jóvenes a través de ‘influencers’ a los que siguen, lo que implica que los adultos de su entorno están dejando de ser sus referentes a medida que se digitalizan.

Para evitar esta brecha digital entre ambos grupos de edad, desde All4Sec CiberSeguridad proponen una serie de medidas para afianzar lazos entre padres y niños con el objetivo de lograr una navegación segura en Internet, así como el uso correcto de las redes sociales.

En primer lugar, los adultos deben de tener cuidado con recomendar a sus hijos el uso del anonimato o de perfiles falsos cuando compartan su información a través de las redes sociales. En este caso, no es tan importante enseñarles a actuar sin revelar su identidad, sino debatir sobre qué información deberían compartir con otros usuarios.

Por otra parte, conviene no precipitarse y esperar a recibir información detallada sobre nuevas tendencias tecnológicas sobre las que apenas existen datos, como puede ser el metaverso. Asimismo, es recomendable desconfiar de las comunicaciones directas con terceros y estudiar realmente de dónde proceden todas las comunicaciones.

Con ello, es importante tener en cuenta que las plataformas de vídeo no son entornos pasivos donde únicamente se puede visualizar contenido de entretenimiento, sino que también se han de tener presente la publicidad que estas integran y los comentarios de otros usuarios que reflejan.

Finalmente, se han de valorar todos los formatos de interacción, incluidos los que ofrecen los videojuegos. En ellos se puede tener contacto con un avatar, pero también con otros sistemas de comunicación, como cámaras y sistemas de audio. De ahí que se debe controlar el tipo de interacción en el que participan los menores y sus límites.

Las + leídas