Los alumnos califican con notable las clases online, aunque un tercio tiene dificultades para seguirlas

Redacción

Los alumnos califican con un notable al aprendizaje a distancia durante el confinamiento, un 85% de los estudiantes dice haberse sentido apoyado emocionalmente por su familia, y un 70%, por sus profesores. Sin embargo, un 31% de los estudiantes asegura haber tenido dificultades dificultades para seguir las clases online.

Asimismo, nueve de cada diez docentes considera que se aprende más en el colegio que en casa y más del 65% está convencido de que este curso va a cambiar la forma de dar clase. Estas son algunas de las conclusiones del estudio ‘Volvemos a clase’ de la Fundacion SM presentado este miércoles en el que han participado 160.000 alumnos desde 4º de Educación Primaria hasta 2º de Secundaria, 19.000 profesores y 1.000 centros educativos.

La directora de la Fundación SM, Mayte Ortiz, y Álvaro Marchesi, catedrático emérito de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del estudio ‘Volvemos a clase’, han explicado en una rueda de prensa cómo los profesores y alumnos han vivido la enseñanza a distancia, y cómo han afrontado el «deseado» regreso a las aulas.

Las principales conclusiones se han presentado este miércoles a la ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celaá, que ha valorado muy positivamente esta iniciativa como una importante herramienta de apoyo a los centros para que dispongan de un diagnóstico del estado socioemocional en el que se encuentran su profesorado y alumnado.

El 69% del alumnado encuestado asegura que se ha manejado bien con el aprendizaje a distancia durante el confinamiento. Ese porcentaje es mayor en los alumnos de Primaria (77%), mientras que baja en los de Bachillerato (57%) y Formación Profesional (54%). El 52% de los niños y jóvenes dedicaron al día entre una y tres horas al estudio, siendo en Bachillerato una dedicación mucho mayor, más de 4 horas diarias.

La gran mayoría (un 88%) ha tenido una habitación propia o algún espacio en el que poder estudiar concentrados sin que les molestara nadie, y solo el 2% no pudo continuar su aprendizaje desde casa al no tener ningún dispositivo digital.

El 77% de los alumnos de barrios con mayor renta han contado con equipo propio, ya fuera ordenador, tableta o teléfono, para seguir la enseñanza digital, siendo ese porcentaje algo menor (68%) en estudiantes de barrios con rentas inferiores.

En cuanto al acceso a internet, el 96 % de los alumnos ha podido conectarse de forma continua, aunque el 25 % reconoce que no les funcionaba bien. Lo que más han aprendido durante el confinamiento (42%) es la importancia de saber organizarse, ya que la mitad de los alumnos (56%) reconoce haber aprendido menos a distancia que en clase.

El 85% del alumnado se ha sentido apoyado emocionalmente por su familia y su relación ha mejorado durante el confinamiento, y solo empeoró en un 7% de los hogares encuestados. Ese cuidado también lo han sentido por parte de sus profesores, tal y como reconoce el 70% de los alumnos, siendo el 85% en Primaria. Aunque ese porcentaje aumenta en cuanto a la ayuda del profesorado en la vuelta a clase, ya que el 88% reconoce estar seguro de que sus profesores los ayudarán si tienen dificultades de aprendizaje.

LA VUELTA A CLASE, ILUSIONANTE PARA ALUMNOS Y PROFESORES

Nueve de cada 10 alumnos de Educación Primaria han regresado con mucho ánimo al centro educativo, comienzo que ha sido ilusionante también para 7 de cada 10 estudiantes de la ESO, y 6 de Bachillerato. Por su parte, el 96% de los profesores ha vuelto a las aulas con muchas ganas de enseñar, y más de la mitad (65%) considera que este curso cambiará su forma de enseñanza.

En cuanto a la preocupación por los contagios por la COVID-19, el 76% del profesorado se muestra preocupado, mientras que en los alumnos ese porcentaje baja al 52%.

El estudio de la Fundación SM, revela algunos datos negativos, como que el 21% de los alumnos de barrios de rentas más bajas ha visto como uno de sus padres o tutores, o incluso ambos, han perdido su trabajo debido a la crisis sanitaria, siendo ese porcentaje solo del 11% en los barrios de rentas más altas.

El 31% del alumnado reconoce haber tenido dificultades para seguir las clases online. Los más críticos son los alumnos de Bachillerato y Formación Profesional, que han vivido el confinamiento con desánimo y con problemas emocionales en un 40%; y son muchos, un 48%, los que consideran que estos meses de enseñanza digital influirán negativamente en sus aprendizajes futuros.

En cuanto al sistema de evaluación hay discrepancia entre los dos colectivos. El 85% del alumnado se manifestó satisfecho con la evaluación realizada, mientras que solo el 35 % del profesorado valoró positivamente el sistema de evaluación.

En cuanto al profesorado, nueve de cada 10 profesores creen que se aprende más en el colegio que a distancia, mientras que el 75% del alumnado lo valora de la misma forma. La mayoría de los profesores ha vivido el confinamiento agobiado por las exigencias laborales (77%), con mucho estrés (68%), grandes dificultades para conciliar (56%) y con una alta dedicación.

Más de la mitad (54%) asegura que han dedicado más de siete horas diarias a las actividades de enseñanza, siendo los profesores de Secundaria los que más tiempo han empleado (el 61% más de siete horas).

Pero la mayoría del profesorado está satisfecho con los resultados de su esfuerzo. El 75% considera que ha sido capaz de ayudar a todos los alumnos que lo necesitaban, y el 72%, de comunicarse con las familias de sus alumnos. A pesar de los esfuerzos se han sentido muy apoyados por el equipo directivo de su centro (82%) y por sus compañeros (87%).

El profesorado ha seleccionado cuatro dimensiones educativas como prioritarias en este nuevo curso (se podían elegir tres entre diez opciones): cuidar especialmente el bienestar del alumnado (57%); potenciar el uso de las tecnologías (46%); dar más énfasis a que los alumnos aprendan a aprender (39%), y animar a los alumnos a que se esfuercen y sean responsables (32%).

A tenor de estos resultados, Marchesi considera que «comienzan, unos meses en los que es preciso cuidar la dimensión emocional del alumnado y del profesorado para conseguir que los alumnos mantengan o recuperen la ilusión por aprender, y el deseo de descubrir y de experimentar de forma individual y colectiva junto con sus compañeros».

En su opinión, será «importante incorporar en la enseñanza aquellos cambios que se han considerado beneficiosos por la experiencia y la reflexión durante el confinamiento y al volver a clase. Unos cambios que apuntan a situar en primer plano los valores de solidaridad, de equidad, de empatía, de cooperación y de esfuerzo compartido».

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