Los cambios sufridos en la musculatura abdominal de una mujer tras un embarazo suele ser una de las principales causas para optar por esta intervención
La acumulación de grasa o la falta de elasticidad de la piel que se refleja tras sufrir cambios significativos en el cuerpo son algunas de las principales razones que provocan que ella zona del abdomen gane flacidez. Dentro de estas alteraciones, las más frecuentes suelen producirse como consecuencia de una considerable pérdida de peso o de un embarazo. Ambas, causas principales y básicas para poder someterse a una abdominoplastia.
En el caso de los embarazos y los cambios que sufre el cuerpo de una paciente durante este proceso, de forma previa a quedarse embarazada, la musculatura de los rectos abdominales de la mujer permanece unida en la zona media. En el momento en el que se queda embarazada, de forma progresiva, se va creando un espacio entre los músculos del abdomen y la consecuente separación de estos, que es lo que se conoce como diástasis de recto del abdomen. Esta separación de la musculatura de la zona, tras dar a luz, puede mantenerse como una “zona de debilidad” en el abdomen de la mujer, que puede incluso a llegar a padecer hernias, todo a causa de la separación del músculo por haber acogido mucho contenido en la cavidad peritoneal, en este caso un embrión y su proceso de crecimiento y maduración.
Otro de los motivos por los que alguien puede someterse a una abdominoplastia es por una pérdida significante de peso. Aunque, ante esto, el doctor Javier Collado, referente a nivel nacional en el campo de la cirugía plástica, hace especial hincapié y aclara que “no es una intervención para perder peso”. Según el cirujano plástico, estas operaciones se suelen realizar “para reposiciones de los tejidos en su sitio, para quitar piel que sobra de la zona o bien para perfilar zonas de grasa” tras una pérdida importante de peso. Por ello, tanto de forma previa como después de la operación, es aconsejable que el paciente lleve unos hábitos de vida saludables, una buena alimentación y la realización de ejercicio.
Además de todo lo relacionado con la pérdida de peso y con los cambios significativos en dicha zona en el cuerpo de una mujer tras sufrir un embarazo, una abdominoplastia también puede ayudar a eliminar las estrías y el exceso de piel que se localiza en la parte inferior del abdomen. No hay que olvidar que a pesar de todos los beneficios, tanto de salud como estéticos, que pueda tener esta operación, hay que consultar siempre con un cirujano la posibilidad, viabilidad y deseo de someterse a dicha intervención, para obtener siempre la visión y consejo de un experto. No obstante, aunque esta intervención pueda conllevar semanas de recuperación, “los beneficios estéticos y médicos para someterse a ella son mayores”, puntualiza el cirujano Javier Collado.
¿Qué beneficios tiene someterse a una abdominoplastia?
Entre los principales beneficios de someterse a una abdominoplastia, se encuentra la facilidad para el paciente para mantenerse en un peso adecuado. Es decir, los pacientes que se someten a esta intervención son, por lo general, menos propensos a ganar peso nuevamente y, “si además tienen adquiridos unos hábitos de vida saludables, les resultará más fácil mantenerse en forma”, destaca el cirujano. El exceso de piel y grasa en la parte baja del abdomen pueden llegar a complicar e incluso imposibilitar la práctica de deporte y por este motivo la liposucción abdominal es beneficiosa para poder practicarlo cómodamente.
“Cuando una mujer da a luz, en numerosas ocasiones puede llegar a sufrir una distensión de la pared abdominal debida a la separación de los músculos rectos abdominales para albergar al bebé”, cuenta el doctor Collado, que especifica que “esto suele dejar como consecuencia una pérdida del tono muscular y un abultamiento de la línea media del abdomen al realizar esfuerzos o hernias”. Estos problemas pueden ser corregidos gracias a una abdominoplastia. Esta evita que, tras la pérdida de peso y la debilitación del músculo abdominal se provoquen hernias en la zona umbilical.
Aunque, uno de los grandes beneficios de la abdominoplastia es que puede llegar a ser permanente en el tiempo. Es decir, el paciente podrá disfrutar de unos resultados “para toda la vida”. Por ello es esencial que se consulte con un cirujano el momento para someterse a dicha intervención de manera previa a ello. Eso sí, para conseguirlo han de seguirse todas las recomendaciones del experto y convertir en un hábito tanto el ejercicio como la alimentación saludable.
En manos expertas
Es imprescindible que para que un paciente se someta a cualquier tipo de cirugía estética se acuda a las mejores manos para que, sobre todo, les asesoren sobre su intervención y obtengan los resultados deseados. Alguien titulado y experimentado en el sector, que dé plenas garantías sanitarias a sus pacientes. En la primera consulta, el doctor Javier Collado se encargará de hacer una historia clínica de su paciente, valorando su caso concreto y explicando cuál es la técnica que mejor se adapta a las características del paciente, de su cuerpo y de sus necesidades, aconsejando también en cuándo sería el mejor momento para someterse a cualquier tipo de intervención quirúrgica.
“La cirugía estética y plástica siempre está en constante evolución”, apunta el doctor, considerado un cirujano de referencia del sector. Esta evolución no solo exige una puesta al día constante, si no además un trabajo investigador continuo, que es el que provoca la excelencia y los altos niveles de satisfacción de los cientos de pacientes intervenidos cada año. “Si alguien tiene la necesidad imperante de someterse a una intervención de este tipo, le aconsejo que se ponga en manos de un equipo experto y con años de experiencia, que no solo sepa hacer frente a la intervención, si no también a los complicaciones potenciales que puedan surgir durante y después de la operación”, concluye el cirujano plástico.
Fuente Comunicae