La pandemia no ha podido con el mercado de drogas en Europa, al contrario ha demostrado ser «resistente» ante las restricciones de la Covid-19 y con capacidad de adaptación sobre todo en el mercado minorista, donde los vendedores y compradores de drogas se adaptaron aumentando el uso de servicios de mensajería, redes sociales, recursos en línea, servicios de correo y entrega a domicilio.
«Somos testigos de un mercado de drogas dinámico y adaptativo, resistente a las restricciones de la COVID-19», ha señalado Alexis Goosdeel, director del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), quien avisa de que, según se desprende del ‘Informe Europeo sobre Drogas 2021: Tendencias y novedades’ presentado este miércoles, la pandemia podría provocar de cara al futuro una digitalización aún mayor de los mercados de drogas.
El informe, presentado en rueda de prensa telemática en Lisboa (Portugal), ilustra cómo el mercado de las drogas sigue ajustándose a la situación provocada por la COVID-19, adaptándose los traficantes de drogas a las restricciones de viaje y a los cierres de fronteras. A nivel mayorista, esto se refleja en algunos cambios en las rutas y métodos de tráfico, con una mayor dependencia del contrabando a través de contenedores intermodales y cadenas de suministro comerciales y con menor dependencia del uso de mensajeros humanos.
Basado en datos de 29 países (EU-27, Turquía y Noruega), el informe ofrece nuevas perspectivas sobre las implicaciones para la salud y la seguridad del complejo problema de las drogas en continua evolución, y de un mercado de drogas resistente a la COVID-19.
Así, se observa que la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto «dramático» y «los desafíos de Europa relacionados con las drogas, incluido el suministro y el consumo de drogas y los daños relacionados, también se han visto muy afectados por esta crisis». Por este motivo, advierten de que, «en el futuro, será necesario prestar mucha atención a los impactos psicológicos y socioeconómicos de la pandemia, así como a los cambios a más largo plazo en los patrones de uso de drogas ilícitas y los comportamientos de riesgo entre la población en general».
Además, el cambio hacia un mayor uso de plataformas digitales «requerirá innovación en los métodos de seguimiento e investigación en el campo de las drogas para captar la «dimensión en línea» de la situación europea de las drogas».
No obstante, a pesar de su valor informativo del informe, consideran que faltan datos representativos, así como algunas de las limitaciones de las herramientas de recopilación de datos. No obstante, consideran que este estudio proporciona un primer vistazo valioso a los nuevos desarrollos que emergen de la pandemia, «uno que podría tener importantes implicaciones para el futuro a medida que (con suerte) nos adentramos en un período posterior al COVID-19».
MENOR USO DE RECURSOS PARA EL TRATAMIENTO DE ADICCIONES
Datos preliminares sobre la demanda de tratamiento entre enero y diciembre de 2020 en seis países de la UE proporcionan una idea del impacto de la COVID-19 sobre los servicios de ayuda a drogodependientes. Se puede observar que los centros y servicios de tratamiento de drogas se empezaron a poner al día con las demandas de personas con problemas de consumo durante el segundo semestre de 2020.
Aunque claramente no es representativo de, o generalizable a el conjunto de la UE, los datos de estos países indican una reducción de casi el 80% en los pacientes que ingresan en tratamiento por drogas entre enero y abril de 2020. Aunque las demandas aumentaron a partir de mayo a medida que los cierres se levantaron y se reanudaron las consultas cara a cara, pero la demanda de estos servicios no volvieron a los niveles anteriores a COVID-19 durante los meses siguientes.
En los últimos meses de 2020, se observó de nuevo una menor demanda posiblemente explicado por la aparición de la segunda e incluso la tercera ola de infecciones por COVID-19, con nuevas restricciones impuestas en varios países de la UE.
Las disminuciones observadas y el menor número de nuevos casos que ingresan a tratamiento por drogas en estos países en 2020, en comparación con 2019, podría atribuirse a varios factores. En parte, por la reducida capacidad de tratamiento en estos servicios por las medidas COVID-19. Algunos expertos también informaron que muchos de ellos pudieron haber evitado buscar ayuda por temor a la infección.
«La crisis de la COVID-19 nos ha demostrado el valor de la información científica, basada en datos contrastados y comparables entre países. El informe de hoy ofrece un análisis oportuno para ayudar a los responsables de la toma de decisiones a seguir el ritmo de los nuevos acontecimientos y tendencias y a identificar los ámbitos que requieren una actuación rápida», ha señalado la presidenta del Consejo de Administración del ODET, Laura d’Arrigo,
«La nueva Estrategia de la UE sobre drogas no solo nos define el camino a seguir, sino que reforzará aún más nuestra capacidad de actuar de manera coordinada para proteger la salud, el bienestar y la seguridad de los ciudadanos de la UE», concluye.