La mujer de 52 años detenida el pasado martes por su implicación en el crimen a tiros de Borja Villacís se encuentra en los juzgados de Plaza de Castilla de la capital para pasar a disposición del juez de guardia en las próximas horas, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Otros dos detenidos esperan ya en los calabozos de los juzgados de Illescas a declarar ante otro juez al ser arrestados el pasado miércoles en la localidad de Yuncos (Toledo) y estar incluidos en otro atestado policial.
Previsiblemente, el juez de guardia de Madrid (el del 38 o el del 42) y el de Illescas se inhibirán a favor del Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid, cuyo titular fue el encargado del levantamiento el pasado martes del cuerpo e instruye los hechos ocurridos.
Los detenidos son María José E.J., la mujer de 52 años y nacionalidad española que fue localizada en un lavadero de coches situado en la plaza Elíptica de Madrid después de ser grabada cambiando las placas de la matrícula junto a un descampado de la carretera de Fuencarral al Pardo minutos después del asesinato.
La Policía tiene acreditado que conducía ese vehículo, un BMW que resultó abollado en la escena del crimen y con los airbags explotados. En el descampado se le vio con otras dos personas más jóvenes, a las que María José acercó en el coche hasta la escena del crimen.
Uno de ellos sería su hijo Kevin P.E., de 24 años, una de las personas que dispararon a Borja y a su amigo Luis F.A., español de 27 años, quien aún se recupere en el hospital Fundación Jiménez Díaz de las heridas de bala no mortales que recibió en la cabeza. Esta persona ya ha proporcionado información muy relevante a la Policía sobre el caso, ya que su vida no corre peligro.
Kevin fue arrestado en el mediodía de ayer en Yuncos (Toledo) junto a su compinche Ismael E.I.V., un ciudadano de origen marroquí de 24 años, en el momento en el que se iban a cambiar de guarida, según las mismas fuentes. La Policía cree que se trata del otro pistolero del martes, pero no lo tiene totalmente acreditado.
Por ello, y ante la falta de colaboración en las declaraciones a las que están siendo sometidos en la Jefatura Superior de la Policía de Madrid, están cotejando huellas, pruebas de ADN y recabando testimonios de testigos e imágenes de las cámaras de seguridad. También será de vital importancia los mensajes de sus móviles y sus posicionamientos en el momento de los hechos y posterior huida.
Por ello, la investigación continúa abierta, ya que Ismael podría haber ejercido solo de encubridor y, por tanto, quedaría uno de los asesinos por detener. Además, queda pendiente de conocerse si alguna persona recogió a los dos tiradores en el entorno norte de la M-40 para trasladarles a Yuncos. Los agentes han de dilucidar también el papel de un coche azul, que circulaba en la retaguardia, al que citan algunos testigos presenciales y que podría haber llevado a Luis al hospital.
Los agentes arrestaron el miércoles también a una cuarta persona, Omar, otro ciudadano de origen marroquí con el que estaban en ese momento con Kevin e Ismael. Pero, una vez comprobado que no tenía relación con el homicidio material, quedó en libertad con cargos, al dar cobijo a los supuestos asesinos en la casa okupa en la que vivía con su compatriota.
Los agentes del Grupo V del Homicidios de la Policía Nacional de Madrid también analizando también las causas de lo ocurrido. Cada vez tienen más claro que Borja Villacís no sería el objetivo de los detenidos –que iban fuertemente armados en lo que creen que fue una emboscada– sino que habría acudido a la cita como mediador o acompañantes de sus amigos y el clan de los toledanos por problemas derivados de una denuncia contra Kevin por destrozar un coche. Pero no descartan algún asunto de narcotráfico, ya que varios involucrados tienen antecedentes en este sentido.