Los jóvenes españoles tienen en general una buena opinión de la monarquía parlamentaria, de la que valoran sobre todo su neutralidad, y ven especialmente con buenos ojos la labor que ha desempeñado la Reina Letizia para acercar la Corona a la ciudadanía y también el papel que está llamada a desempeñar la Princesa de Asturias para continuar por esta senda.
Así se desprende del estudio ‘La juventud española dialoga sobre la Monarquía’ realizado por los profesores Francisco J. Llera Ramo y José M. León Ranero para la Red de Estudios de las Monarquías Contemporáneas (REMCO) y elaborado en base a diez grupos de discusión con jóvenes nacidos entre 1995 y 2004 de diez ciudades españolas.
Según explican los profesores, en base a la información extraída de las entrevistas con este medio centenar de jóvenes, predomina «la desinformación sobre la monarquía y las dudas sobre la legitimidad y utilidad de la Corona, pero sin un cuestionamiento radical de la institución o el apoyo alternativo a otra forma de gobierno de tipo republicano».
«Para las generaciones jóvenes nuestra monarquía tiene mucho pasado, no suficientemente conocido y valorado, un sólido presente, que necesita tiempo y mayor visibilidad y, sobre todo, un futuro que requiere cambios para que cuente con una mayor adhesión», resumen los autores en el documento, consultado por Europa Press.
Así, los jóvenes consideran que optar por una monarquía parlamentaria tras la muerte de Franco fue «una decisión acertada» en su momento, principalmente por la tradición histórica en España, y porque «la opción republicana era inviable, por su escaso apoyo popular y la memoria negativa asociada con las anteriores experiencias republicanas y la Guerra Civil».
En cuanto al papel actual de la monarquía, «se ha observado un interés por comprender cómo la institución puede jugar un papel relevante y adaptarse a las demandas contemporáneas de transparencia, cercanía con los ciudadanos y adaptabilidad», explican Llera y León.
LA MONARQUÍA COMO FUENTE DE ESTABILIDAD Y NEUTRALIDAD
«Mientras algunos ven en la monarquía una fuente de estabilidad, tradición y neutralidad, otros critican su carácter hereditario y la falta de elección democrática, pero, al mismo tiempo, plantean interrogantes sobre la viabilidad y hasta deseabilidad de una República como alternativa», precisan.
Así, los jóvenes valoran en especial la neutralidad que se presupone al Rey frente al hecho de que con un sistema republicano el jefe del Estado «podría no ser neutral» y también ven la monarquía como «un elemento unificador que trasciende las divisiones partidistas, contribuyendo a la cohesión social y política del país».
Por lo que se refiere a Felipe VI prevalece una opinión muy positiva sobre su personalidad ya que se le ve «serio, prudente, discreto, con criterio, buena formación, neutral, distanciamiento familiar, modernizador, con buen perfil internacional, conocimiento y sensibilidad ante el pluralismo del país».
Asimismo, los jóvenes consultados creen que ha contribuido a «una modernización y renovación significativa» de la monarquía en sus diez años de reinado y valoran que su mayor formación y formación le ha permitido «tomar buenas decisiones y aprender de los errores del pasado». Con ello, indican los autores, sugieren que «su reinado está menos marcado por controversias y es, por ello, más estable».
Sin embargo, otra parte de los entrevistados consideran que el Rey «no cumple funciones significativas o concretas para la sociedad actual» y aprecian que pese a ciertas mejoras en términos de imagen y modernización, su reinado es «una continuación del statu quo, sin cambios sustanciales que diferencien su gestión de la de su padre, especialmente en lo que respecta a las funciones de la Corona».
VALORACIÓN POSITIVA DE LA REINA Y LA PRINCESA DE ASTURIAS
Por otra parte, «hay pocas dudas sobre el papel positivo de la Reina Letizia para la popularización de la Corona, sobre todo, por su origen social, su cercanía a la sociedad y su capacidad de comunicación». Asimismo, se valora también «su personalidad, su papel en la formación de sus hijas, particularmente de la Princesa de Asturias, y su previsible influencia en las decisiones del Rey».
El hecho de que sea una plebeya ha contribuido, a juicio de los entrevistados, a «dar una perspectiva más terrenal» a la monarquía, al tiempo que también se pone de relieve su implicación con asociaciones y causas solidarias, «mostrando un compromiso personal más allá de su rol institucional». Los jóvenes también consideran que el hecho de que sea periodista y su capacidad comunicativa también contribuyen a acercar su labor.
En cuanto a la Princesa Leonor, los jóvenes consultados destacan en particular que es «una mujer joven, con un importante recorrido formativo, con buena imagen, laboriosa, seria y con personalidad para un papel duro y complicado» como el de futura Reina.
«La Princesa Leonor es vista con optimismo y buenas expectativas, considerando que su juventud y educación podrían traer una perspectiva de cambio y renovación a la Corona», explican los autores del estudio.
Uno de los aspectos resaltados por los jóvenes es el hecho de que el que vaya a haber una reina supone «un paso adelante en la representación de las mujeres en posiciones de liderazgo». En este sentido, «su figura se considera un reflejo de los cambios sociales y un modelo a seguir, lo que podría reforzar el papel de la mujer en la sociedad y fomentar la igualdad de género dentro y fuera de la institución monárquica», señalan.
Por último, los jóvenes consultados confían en que «su reinado pueda cerrar la brecha entre la Corona y la sociedad, particularmente entre los jóvenes, a través de una comunicación más efectiva y presencia en plataformas digitales y sociales».
RECONOCIMIENTO A JUAN CARLOS I POR LA TRANSICIÓN
Los autores también han preguntado por la valoración de las casi cuatro décadas de reinado de Juan Carlos I y han constatado que «el gran argumento a favor de su reinado es el reconocimiento, muy mayoritario, a su papel clave en el 23-F y en la consecuente consolidación de la democracia española» durante la Transición.
Dicho balance positivo «queda manchado por las opiniones negativas de sus escándalos personales, aunque mucho menos de lo esperable, sobre todo, por la cercanía biográfica de los mismos», explican.
En otro orden de cosas, los autores han constatado que entre los jóvenes existe la sensación generalizada de que «no llega suficiente información sobre las actividades y el papel que juega la monarquía en la sociedad actual».
Esta percibida «falta de transparencia contribuye a un distanciamiento entre la Corona» entre los más jóvenes, que expresan un deseo de mayor apertura y claridad en cuanto a las funciones y contribuciones de la monarquía a nuestra sociedad», advierten.
Según señalan, esto también contribuye a un menor apego hacia la institución, al igual que la percepción de que la Corona «no refleja ni aborda los intereses y preocupaciones actuales de la juventud» de ahí el que los jóvenes consultados pidan «acciones concretas y comunicación que demuestre cómo la monarquía contribuye de manera positiva al país».