Estas son algunas de las conclusiones de la investigación “Jóvenes en pleno desarrollo y en plena pandemia. Cómo hacen frente a la emergencia sanitaria” realizada por la Fundación Pfizer y Fad. El objetivo ha sido analizar cómo la crisis de COVID-19 está transformando las actitudes y las formas de vida de las y los jóvenes españoles de 15 a 29 años. La investigación se ha realizado entrevistando a 1.200 de ellos y ellas durante los meses de junio y julio.
Cuando preguntamos a los y las jóvenes sobre sus vivencias y emociones durante el tiempo de confinamiento y desescalada, o sobre sus expectativas de futuro tras la pandemia, encontramos un escenario plural y lleno de claroscuros, con más elementos esperanzadores de lo que pudiera parecer en un principio.
Por ejemplo, tres de cada diez jóvenes creen que tras la pandemia aumentará el interés general por la defensa de los servicios públicos, la política y la ecología.
Si hablamos del ámbito personal, de cómo les ha cambiado el tiempo de confinamiento y crisis, la mayoría de ellos y ellas afirman que en lo que más les ha afectado es en querer disfrutar más de la vida (37%), ser más responsable (30%), más trabajador (27%) o más optimista (23,1%).
También es reseñable la tendencia detectada hacia hábitos de vida más saludables (casi el 50% ha hecho más deporte y el 37% ha comido de forma más sana), así como el crecimiento de actitudes tendientes al autocuidado.
Se trata de resultados esperanzadores en un panorama que arroja también datos que muestran un pesimismo claro a corto plazo de los y las jóvenes hacia su futuro, sobre todo en lo que tiene que ver con su futuro laboral (el 54% cree que no tendrá más remedio de trabajar en lo que sea en los próximos años); y miedos frente a la evolución concreta de la enfermedad (un 43% ha sentido miedo en la desescalada de contagiar a su familia).
EXPECTATIVAS. EL FUTURO TRAS LA PANDEMIA
Tres de cada diez jóvenes creen que tras la pandemia aumentará el interés general por la defensa de los servicios públicos, la política y la ecología. Y un 25% cree que cada vez será más importante ayudar en el ámbito local.
Si hablamos del ámbito personal, de cómo les ha cambiado el tiempo de confinamiento y crisis, la mayoría de ellos y ellas afirman que en lo que más les ha afectado es en querer disfrutar más de la vida (37%), ser más responsable (30%), más trabajador (27%) o más optimista (23,1%).
Sin embargo, cuando miran fuera de su ámbito personal hacia la situación general, su mirada hacia el futuro a corto plazo es pesimista. Un pesimismo marcado sobre todo por la situación económica -el 62,1% cree que la economía empeorará en los próximos tres años- y las dificultades para encontrar empleo o conservarlo (57,5%). También se muestran preocupados por el aumento de las diferencias sociales (49,8%).
Entre las acciones que ven probables de cara al futuro, más de la mitad (54%) cree que tendrá que trabajar en lo que sea; el 48% que deberá recortar gastos en hobbies, ocio y tiempo libre; y el 43% que se verá abocado a depender económicamente de su familia. Un preocupante 31% cree probable tener que recortar gastos básicos (alimentación, etc.).
En cuanto al nivel de satisfacción con diferentes aspectos de su vida, la familia continúa siendo el refugio más valorado por los y las jóvenes, por delante de los amigos. El 70% muestra una alta satisfacción con este ámbito de su vida.
HÁBITOS DURANTE EL CONFINAMIENTO
Las actividades que claramente más se han incrementado durante el tiempo de confinamiento han sido todas aquellas que tienen que ver con el uso de las TIC para comunicarse.
En general se observa una tendencia a adoptar hábitos de vida saludables. Por ejemplo, casi el 50% afirma haber hecho más deporte. También es destacable la mayoría de jóvenes (37,7%) que dice haber mantenido hábitos alimenticios más saludables durante el confinamiento frente al 28,9% que sostiene haber comido peor,
EMOCIONES y VIVENCIAS. ¿QUÉ HAN SENTIDO DURANTE EL CONFINAMIENTO Y LA DESESCALADA?
Según los datos del estudio, la mitad de los y las jóvenes (52,6%) afirma haber descubierto la satisfacción de tener tiempo para sí mismos durante el confinamiento. Y un 41,8% dice haber descubierto también cosas positivas de su familia en ese periodo. Para el 43% le ha resultado terrible no poder moverse. En cuanto a las emociones vividas durante el tiempo de confinamiento, la preocupación por el futuro ha sido la tónica general para el 85% de los y las jóvenes. Y en torno a la mitad señala el estrés, la apatía y la ansiedad como las más relevantes. Las principales fuentes de estrés durante este tiempo han sido los estudios (53,5%); el trabajo (41,5%); y la situación económica (38,8%). Y sus mayores miedos durante el desconfinamiento han sido contagiar a su familia (43%); que se produzcan rebrotes (30%); tener que volver a confinarse (29%); o contagiarse ellos mismos (28,7%). Un 13,3% afirma haber sentido miedo a salir a la calle.