El juicio a Daniel Sancho entra a partir de este martes en una semana clave. El acusado tomará al fin la palabra el próximo día 25, fecha en la que está prevista su declaración.
Antes, el tribunal de la Corte de Koh Samui analizará algunas de las pruebas recabadas por la policía tailandesa en su atestado, entre ellas la conversación que mantuvieron Darling, hermana de Edwin Arrieta, y Sancho el día 3 de agosto a través de la red social Instagram.
Esos mensajes, que comienzan la mañana posterior al día de la muerte del cirujano. Darling, que no conocía la relación de Daniel Sancho y Edwin, llegó a su perfil de Instagram tras rastrear las stories de su hermano después de varias horas sin tener noticias de él. Tras una llamada de audio de Darling a Sancho que el cocinero español no responde y ante la preocupación de la mujer, el acusado asegura no tener noticias del desaparecido: “No sé nada de él tampoco. He estado tratando de ponerme en contacto con él”.
Según la investigación, en esos momentos Daniel Sancho aún estaría deshaciéndose de los restos del cuerpo de Edwin Arrieta, que confesó haber descuartizado tras su muerte en la isla de Koh Phangan. Al pensar que la persona que había estado con el cirujano durante esas horas no sabía de su paradero, la preocupación de Darling va en aumento: “¿Quéeeeee? Dios mío”.
Sancho, que ya se siente interrogado por la hermana del cirujano, despliega la que sería su primera coartada. Le dice que la noche anterior habían estado juntos “en la playa de Haad Rin” y que Edwin “se fue solo”. “No lo localizo. Le he llamado mil veces y no hay manera de dar con él. No sabía a quien contactar, no tengo ningún teléfono de nadie”, esgrime el joven cocinero.
Darling, desesperada, comienza a hacerle preguntas: “¿Cuándo se fue? ¿Para dónde? Dios mío, algo le pasó”. En ese punto de la conversación, Sancho hace una primera confesión, aunque nada tiene que ver con el crimen. “Tomamos unas setas alucinógenas y le perdí, básicamente”, relata. La hermana del cirujano le pregunta si ha “reportado” lo ocurrido “a las autoridades”. “Voy a reportarlo”, responde Sancho antes de facilitarle su número de teléfono y el lugar donde se encontraban, la isla de Koh Phangan. “Voy a ducharme y voy a la policía”, sentencia.
Daniel Sancho, al sentirse acorralado, sigue escribiendo: “Yo pensaba que le pasaba algo conmigo y por eso no me contestaba. Dios mío. Voy a ir al sitio donde le vi por última vez y a la policía”.
En efecto, Sancho acudió a la policía y denunció la desaparición de Edwin Arrieta. Sin embargo, la desconfianza llevó a Darling a llamar al consulado de Colombia a fin de evitar que Sancho pudiese abandonar el país. Las autoridades colombianas, a su vez trasladaron el aviso a las tailandesas, lo que dio inicio a las pesquisas que desembocaron en la detención y posterior confesión de Sancho.
La familia Arrieta, que ejerce la coacusación en el juicio contra Daniel Sancho, aportó a la investigación esta conversación, que ahora obra en la causa. El juicio se retoma este martes con la declaración de un investigador de la policía tailandesa y dos médicos forenses.