La mirada de los técnicos del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) se concentra estos días en el barrio de La Laguna, en el municipio de Los Llanos de Aridane, cercado por las coladas de lava procedentes de Cumbre Vieja y que están muy próximas al casco urbano.
«Todos tenemos el corazón encogido hasta ver qué camino toma la lava», señala a Europa Press la concejal de Seguridad Ciudadana, Lorena Hernández, quien señala que muchos vecinos «reviven en primera persona» lo que ocurrió hace algunas semanas en el barrio de Todoque.
La lava ya ha engullido un supermercado, la gasolinera, una farmacia y la sede de la asociación de vecinos, y el colegio también está gravemente afectado aunque una parte sigue en pie.
Hernández asegura que lo que pasó en Todoque no se va a olvidar «nunca» y el deseo es que La Laguna no corra la misma suerte, aunque reconoce que la llegada de la lava a la arteria principal del barrio «es un símbolo» que afecta mucho a los ciudadanos –algo más de 1.500– por más que muchas viviendas y edificaciones puedan salvarse.
Así, espera, tal y como confían en la dirección del Pevolca, que la nueva colada creada este jueves por unión siga su curso hasta el mar por el suroeste de la montaña y se una a otra que se encuentra a unos 120 metros de la costa y así no tome rumbo noroeste en dirección a la carretera de la costa de Tazacorte.
No obstante, Hernández apunta que las coladas están bastante ralentizadas en las últimas horas.
El temor de que la colada pueda cambiar su rumbo es lo que motivó la evacuación de los barrios de Las Martelas (Los Llanos), Marina Alta, Marina Baja, San Borondón, La Condesa y Cuesta Zapata, en Tazacorte, hace dos días.