Madrid cumple un mes sin lluvias

Redacción

La ciudad de Madrid lleva un mes sin que haya caído ni una sola gota de lluvia y esta situación podría prolongarse durante varios días más o incluso más tiempo porque se prevé un mes de febrero mayormente seco no sólo en la capital, sino en la mayor parte de la región.

El último día que llovió en Madrid fue en la tarde del pasado 5 de enero, cuando desfilaron las cabalgatas de los Reyes Magos, por lo que este sábado se cumple un mes sin que los madrileños saquen el paraguas a la calle, según ha confirmado a Servimedia el jefe del Grupo de Predicción y Vigilancia de la Delegación Territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Madrid, Juan José Martín.

En esa tarde de cabalgata cayeron cinco litros por metro cuadrado. Desde entonces, la persistencia de un potente anticiclón de bloqueo sobre gran parte de España ha abierto los cielos con días cálidos de día y estrellados de noche. «No es algo tan anormal que haya cuatro o cinco semanas sin precipitar en situaciones anticiclónicas», ha indicado Martín.

Para encontrar un episodio similar hay que remontarse a hace alrededor de tres años, puesto que no llovió en Madrid entre el 19 de diciembre de 2018 y el 19 de enero de 2019. Entonces se generó una ‘boina’ de polución atmosférica por la combinación de factores meteorológicos (cielo despejado y ausencia de precipitaciones y de viento) y de movilidad (el dióxido de nitrógeno surge sobre todo desde los tubos de escape de los vehículos), lo que obligó al Ayuntamiento de la Actividad a activar el protocolo anticontaminación durante 13 días.

Este año no se ha activado aún ese protocolo ante episodios de contaminación porque no se han superado las condiciones de superación de valores de dióxido de nitrógeno. La sexta ola de la covid-19 ha disparado los contagios por la variante ómicron, altamente contagiosa, y ha elevado las bajas laborales, con la consiguiente reducción de la movilidad y del tráfico en la capital.

Estos episodios tan largos sin lluvias no son habituales al inicio de cada año, puesto que tras el de hace tres años cabe destacar que durante todo el mes de enero de 1983 no llovió ningún día. Pero sí pueden darse más en la época veraniega. Por ejemplo, Martín ha considerado «anecdótico» que hubo «tres meses sin llover en 1985 en Madrid”, concretamente entre agosto y octubre.

Tampoco llovió ningún día de agosto y septiembre de 1988 en la capital, así como en los julios de 1998, 2005 y 2007, y en agosto de 2000.

‘TIEMPO MONÓTONO’

Esta estabilidad meteorológica o ‘tiempo monótono’ de las últimas semanas continuará este primer fin de semana de febrero con cielos despejados y ambiente agradable de día y frío de noche no sólo en Madrid, sino también en la mayor parte de España.

Y ello después de que el pasado miércoles fuera “un día excepcional”, según Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, puesto que la amplitud térmica (es decir, la diferencia de temperatura entre el día y la noche) fue de más de 25 grados en páramos del centro peninsular y en la Meseta Norte. Por ejemplo, Molina de Aragón (Guadalajara) marcó -7,5 grados de mínima y 20,3 de máxima, con lo que hubo un contraste de 27,8 grados en pocas horas.

Además, este miércoles hizo entre 7 y 14 grados más de lo normal en amplias zonas de España durante el día, con 28,8 grados en Xátiva (Valencia) y cerca de los 30 en cuatro observatorios de la provincia de Las Palmas de Gran Canaria: el aeropuerto de Lanzarote (29,3), Pájara (29,1), Las Palmas de Gran Canaria (29,0) y Yaiza Playa Blanca (28,8). Los termómetros reflejaron valores más propios de abril o mayo que de comienzos de febrero, con 55 estaciones repartidas por 11 provincias por encima de los 25 grados.

Además, la primavera anticipada hizo que el puerto de Navacerrada (Madrid) registrara este miércoles el récord de día de febrero más cálido desde que la serie histórica de temperaturas en ese lugar comenzara en 1946, con 16,8 grados a las 13.30 horas.

Este episodio anómalo de altas temperaturas de comienzos de febrero, que se suavizará este fin de semana, se debe a “una dorsal de altas presiones” sobre España que favorece un fenómeno conocido como subsidencia. “Consiste en un movimiento descendente del aire desde las capas medias y altas a las bajas de la atmósfera, sufriendo en ese proceso una compresión y, por lo tanto, un calentamiento”, explicó Del Campo.

La subsidencia es un fenómeno atmosférico habitual en situaciones anticiclónicas, pero esta vez, según del Campo, ha dado lugar a temperaturas más altas por ser más intenso y “el aire ya era cálido en origen”.

SEQUÍA

Por otro lado, la escasez de lluvias de este año continuará durante varios meses más porque la Aemet prevé menos precipitaciones de lo normal al menos hasta abril y esa sequía meteorológica podría tener su reflejo en los embalses y en la agricultura.

Además, las precipitaciones en España tras el pasado verano son un 36% inferiores a las normales, con lo que el último cuatrimestre es el segundo más seco de este país y el octavo menos lluvioso desde que la serie histórica nacional de precipitaciones comenzara en 1961.

«Los modelos de predicción meteorológica no pronostican episodios importantes de lluvias ni en el corto, ni el medio, ni en el largo plazo», según Del Campo. En el corto plazo, apenas se esperan lluvias en España para los próximos días, salvo en puntos del área cantábrica y el tercio sur peninsular, donde lloverá débil y aisladamente.

En el medio plazo, la previsión hay que tomarla “con cautela” porque conforme se alarga el calendario aumenta la incertidumbre en la predicción, según Del Campo. No obstante, este portavoz apuntó que “lo más probable es que llueva menos de lo normal durante todo el mes en la mayor parte de España, especialmente en el oeste de la península”.

Quizá en la segunda quincena de febrero podrían predominar los vientos del este -es decir, de procedencia mediterránea-, con lo que podría llover en las regiones bañadas por el Mediterráneo.

Este ambiente seco para este mes vendrá, además, acompañado de más calor de lo habitual en buena parte del país. “Así pues, en resumen: nos espera un febrero cálido y con pocas lluvias en la mayor parte de España”, apostilló Del Campo.

Y a largo plazo, el panorama es similar teniendo en cuenta los meses de febrero, marzo y abril. La predicción trimestral elaborada por la Aemet a partir de los modelos de predicción más avanzados indica que existe sólo un 20% de probabilidades de que ese trimestre sea más lluvioso de lo normal, un 30% de que las lluvias sean las normales y un 50% de que queden por debajo de lo habitual en la mayor parte de la península, salvo en la vertiente mediterránea peninsular, Baleares y Canarias, áreas para las que no hay una tendencia clara. “En resumen, el escenario más probable es el de un trimestre más seco de lo normal en la mayor parte de España”, dijo Del Campo.

EMBALSES

Por otra parte, los embalses españoles han comenzado febrero con la menor cantidad de agua del último cuatrienio en esta época del año, puesto que la reserva hídrica española bajó este martes a un 44,8% de la capacidad total, cuando era del 54,7% en 2019, el 58,9% en 2020 y el 55,4% en 2021.

A ello ha contribuido la ausencia casi total de lluvias durante la última semana, en la que las precipitaciones fueron escasas en la vertiente mediterránea y prácticamente nulas en la atlántica. El valor máximo se produjo en Santa Cruz de Tenerife, con 29,2 litros por metro cuadrado, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Los embalses almacenan actualmente 25.131 hectómetros cúbicos (hm3) de agua, lo que supone 204 menos en la última semana y un descenso de un 24,6% en comparación con la última década en esta época del año.

Los niveles más altos de agua en la actualidad corresponden a las cuencas internas del País Vasco (95,2%), el Cantábrico Oriental (87,7%); Tinto, Odiel y Piedras (73,8%); el Ebro (67,0%); el Cantábrico Occidental (64,1%); Galicia Costa (63,0%); las cuencas internas de Cataluña (57,2%); el Júcar (54,4%), y el Miño-Sil (53,8%).

Por debajo del 50% están el Duero (49,1%), el Tajo (46,0%), el Segura (35,2%), la cuenca mediterránea andaluza (30,8%), el Guadiana (30,5%), el Guadalete-Barbate (30,0%) y el Guadalquivir (28,6%).

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