El Real Madrid echó el broche a la temporada liguera con un empate sin goles frente al Betis (0-0) que sirvió como preludio a la final de París y como ‘calentamiento’ para un equipo que jugó a medio gas y prefirió no arriesgar pensando en el Liverpool.
La noche fue festiva en el Santiago Bernabéu con dos equipos que ya tenían los deberes hechos. Los dos campeones nacionales, reconocidos entre sí con un doble pasillo, firmaron la paz en un pacto de no agresión que terminó con más aplausos en el centro del campo. Una despedida cálida antes de viajar a Francia.
Marcelo fue abrazado por sus compañeros como lo hicieron con Isco, que también contó con unos minutos en la segunda parte en lo que fue un adiós sin confirmación, y Ancelotti también saltó al campo al final del choque para agradecer el «compromiso» de la grada. El mensaje estaba claro, ahora todas las energías están destinadas en los ‘reds’.
Y eso que el capítulo final de esta Liga pudo haber deparado un marcador diferente si Benzema no falla lo que no acostumbra. El ariete galo tuvo hasta cuatro ocasiones para batir a Rui Silva pero no lo logró, igual que Casemiro que también probó fortuna con un disparo desde la frontal del área. En el bando andaluz, Juanmi y Willian José mandaron sendos avisos a Courtois.
En cualquier caso, las ocasiones cayeron con cuentagotas y se vio que muchos futbolistas blancos no quisieron ‘meter el pie’ en vistas de que la final llega en tan solo siete días. Lo mejor para el Madrid fue precisamente eso, que salió sin lesionados y con el empuje de su público pese al marcador sin goles frente a un buen Betis.
En la segunda mitad fue Benzema quien estuvo más cerca del gol con dos remates en el área pequeña pero no hubo forma, ni tan siquiera en los contraataques pudo hacer gol el equipo verdiblanco. Los de Manuel Pellegrini tuvieron la ocasión más clara del partido en botas de Joaquín Sánchez -que disputó su encuentro 600 en Liga- con un volea que lanzó fuera.
Esa fue la última réplica de un Betis que se gustó en el Bernabéu, donde ya acumula cinco visitas sin perder, todo un récord al alcance de muy pocos, ante un Real Madrid que no dejó de intentarlo para ir a París con un mejor sabor de boca, sobre todo Benzema, que estuvo cerca también en el tiempo de prolongación.
Daba igual porque todas las cartas están echadas para el partido de partidos. Será el próximo sábado en París, con el estadio de Saint-Denis como escenario, y ante un Liverpool que todavía tiene que jugar este domingo su partido de Liga: Nada más y nada menos que con el campeonato en juego. La final de la Champions ya ha comenzado.