Manos Unidas ayudó el año pasado a casi 80.000 mujeres con proyectos de promoción de derechos y equidad

Redacción

Manos Unidas puso en marcha en 2023 un total de 81 proyectos que «cambiaron la vida» de casi 80.000 mujeres a través de proyectos destinados a la promoción de sus derechos y la equidad, que contaron con 6,5 millones de euros.

Uno de estos programas se desarrolla en Ecuador, donde según cifras de la Alianza para el Mapeo de los Feminicidios en Ecuador, en 2023 fueron asesinadas 321 mujeres por razones de género, según destaca Manos Unidas, en un contexto global en el que una de cada 10 mujeres vive en la pobreza extrema y, de continuar las tendencias actuales, en 2030 se estima que 342,4 millones de mujeres y niñas todavía vivirán con menos de 2,15 dólares al día.

De esta manera, será imposible alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, principalmente, el relacionado con «garantizar la igualdad entre mujeres y hombres y promover la autonomía de la mujer», alerta Mª José Hernando, miembro del Departamento de Estudios de la ONG de la Iglesia Católica.

Pese a esta situación, Hernando indica que a lo largo de la historia de Manos Unidas, 65 años, han sido testigo «de los enormes progresos que se han producido en cuestiones de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres».

NUEVO PROGRAMA

Será precisamente este 8 de marzo cuando se podrá en marcha el programa ‘Resiliencia socioeconómica de las mujeres indígenas y campesinas de Chimborazo y Tungurahua en contexto de pospandemia’ que, durante los próximos cuatro años, van a llevar a cabo Manos Unidas y sus socios locales en Ecuador CESA (Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas), Fundación Maquita y Fundación Nosotras con Equidad.

El propósito de este programa, en el que se van a invertir más de 3 millones de euros, es favorecer la resiliencia socioeconómica de las mujeres indígenas y campesinas de 38 comunidades rurales de la sierra central de Ecuador, según la indicado Manos Unidas.

«Muchas veces estas mujeres no son escuchadas en sus comunidades, no cuentan con la confianza y seguridad para expresarse libremente sin que los hombres, ya sean compañeros, vecinos o familiares, se rían de ellas, si es que titubean al hablar en público», explica la miembro de la organización Jessica del Olmo.

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