Manos Unidas destinó 1,3 millones en 2023 a 15 proyectos relacionados con el cuidado del medio ambiente y la prevención del cambio climático, según ha avanzado la ONG. Además, apoyó 119 proyectos de alimentación y medios de vida por un importe superior a los 11,7 millones de euros.
Entre otros, colaboran con un proyecto en Honduras que apoyará a 375 productores de 14 comunidades de tres municipios del departamento de Choluteca –El Triunfo, Concepción de María y El Corpus– en el sur del país. En él, los participantes recibirán formación y conocimientos técnicos sobre sistemas de riego, de información climática y agroecología para tomar mejores decisiones para sus cultivos e incrementar sus ingresos.
El proyecto, cofinanciado por Manos Unidas, los Ayuntamientos de Málaga, Zaragoza, Leioa y el Gobierno de Aragón, mejorará la seguridad alimentaria a través de la aplicación de estrategias de adaptación al cambio climático gracias al monitoreo local que proporcione información que ayude a la toma de decisiones de las familias productoras.
Asimismo, llevará a cabo acciones para incrementar los ingresos mediante la mejora de la productividad, la diversificación de los cultivos y el desarrollo de iniciativas económicas de buenas prácticas de reservas estratégicas relacionadas con la promoción y desarrollo de cultivos patrimoniales, su procesamiento y comercialización.
Otro de los proyectos con los que la ONG colabora está en Guatemala. Desde la Asociación de Formación para el Desarrollo Integral (AFOPADI), socio local de Manos Unidas, trabajan en el fortalecimiento integral del tejido social y comunitario beneficiando a unas 3.000 personas en el Municipio de San Ildefonso Ixtahuacán, en el departamento de Huehuetenango. En esa región, la mayoría de las familias indígenas se dedica a la agricultura de subsistencia.
Debido a la poca tierra con la que cuentan, la ONG indica que una gran parte del campesinado no logra satisfacer sus necesidades básicas y busca mejores oportunidades en otros lugares. El encargado del programa de la ONG, Norman Ventura, explica que, para ayudar a que la población no abandone sus comunidades, fomentan la creación de oportunidades económicas, la prevención de la violencia «a través de la cultura de paz» y la mejora del acceso a servicios básicos.
Además, capacitan a los agricultores en técnicas como la siembra de cultivos resistentes a la sequía, la rotación de cultivos, la elaboración de abono orgánico y la conservación del agua e implementan sistemas agroforestales con la integración de árboles en los sistemas agrícolas, lo que ayuda a mejorar la fertilidad del suelo, conservar la humedad y diversificar la producción.
Asimismo, también facilitan el acceso a tecnologías innovadoras y adaptadas al contexto local para la gestión del cambio climático, la seguridad alimentaria y la mejora de la calidad de vida de las familias. Esto incluye cisternas de agua lluvia, cocinas ahorradoras de leña, letrinas aboneras y filtros de agua para consumo humano.