Un 36,7% de los profesores españoles han sido víctima, testigo o ambas situaciones de odio lgtbifóbico en el centro donde trabaja en la actualidad, mientras que el 8,1% ha sido víctima, el 23,5% lo ha presenciado y un 12,2% ha sido víctima y lo ha presenciado.
Así lo refleja el informe presentado este martes por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) y la Federación Estatal de Enseñanza de Comisiones Obreras, que revela la situación del profesorado LGTBI+.
El estudio ha sido elaborado a partir de 1.020 entrevistas válidas a profesorado de enseñanzas regladas no universitarias entre el 10 de enero y el 29 de febrero de 2024.
La investigación concluye que atribuir el rol de agresor exclusivamente al alumnado «es un error», ya que los alumnos son los agresores en la mitad de los casos (50%), seguido de otros integrantes del colegio (31%) y familiares o familiares y alumnado (19%).
En relación a esto, el equipo directivo actúa en la mitad de los casos y el riesgo de baja laboral y/o denuncia se multiplica por 3 o por 4 cuando éste no actúa. La influencia de las medidas de intervención y prevención disminuyen la existencia de situaciones lgtbifóbicas hacia el profesorado y, según el informe, «las más eficientes son la formación realizada los dos últimos años al personal docente y la puesta en marcha de medidas de información sobre protocolos contra la lgtbifobia al profesorado».
El estudio señala que un 75% del profesorado promueve el desarrollo de actividades en el centro, seguido de un 65,7% que realiza actividades de prevención del bullying lgtbifóbico.
Desde los centros un 71,3% afirma que existen programas de diversidad, un 48,1% que existe la figura de la coordinación para la igualdad desde la diversidad, la formación específica impartida en los dos últimos años (37,8%), hasta la existencia de protocolos específicos para la protección de profesionales LGTBI+ (18,8%).
El informe muestra también que, aunque lo más habitual es que la violencia se haya producido un único día (34,6%), en casi un 30% de los casos la situación se ha mantenido durante 100 días o más. Según los datos, casi la mitad del profesorado (47%) que ha sufrido LGTBIfobia no ha denunciado.
El documento concluye que solo un 18,8% de las personas entrevistadas afirma que en su centro existe un protocolo específico para la protección de profesionales LGTBI+, a pesar de que, tras la aprobación de la Ley LGTBI, es obligatorio. Además, los datos obtenidos manifiestan que solo cuatro de cada diez miembros del profesorado LGTBI+ se visibilizan ante cualquier persona de su centro y un 21% está completamente en el armario.
El miedo a situaciones de odio, acoso, discriminación (74,5%), seguido de miedo a vincularse a fenómenos estereotipados (29%), son los principales motivos señalados para explicar por qué las personas LGTBI+ que se dedican a la enseñanza no son visibles.
«LOS PROTOCOLOS DE PROTECCIÓN SON ESCASAMENTE PRÁCTICOS»
En este contexto, el coordinador de Educación de la Federación Estatal LGTBI+, David Armenteros, ha asegurado que «este temor no es infundado». «El personal LGTBI+ de los centros educativos no está amparado por procedimientos internos. Los protocolos de protección son testimoniales y escasamente prácticos cuando los datos de violencias que presentamos hoy son verdaderamente preocupantes», ha apuntado.
«Por eso, exigimos a todas las autoridades educativas que en los centros formativos se trabaje para eliminar y cuestionar los discursos de odio, tal y cómo marca la actual legislación. También reclamamos la eliminación de cualquier restricción de la libertad de expresión y de cátedra del personal docente asociada al veto parental, por ser un intento de censurar y perseguir la diversidad, y reclamamos formación continua y obligatoria en diversidad familiar y afectivo-sexual para el profesorado como requisito para obtener la acreditación cómo docentes», ha reivindicado.
Además, la responsable de investigación de la Federación Estatal LGTBI+, María Rodríguez, ha explicado que «tradicionalmente, se ha señalado al alumnado como principal fuente de odio, pero los resultados muestran que la violencia entre iguales existe y provoca situaciones más sutiles y sostenidas en el tiempo».
«Provocan acoso y estresores cotidianos que, por su dificultad para ser manifestados, son muy difíciles de detectar. Por eso es fundamental que se incluyan medidas para la prevención», ha agregado Rodríguez.
Por su parte, la secretaria de Mujer, Políticas de Igualdad y LGTBIQ+ de la Federación Estatal de Enseñanza de CCOO, Iria Antuña, ha hecho hincapié en la necesidad de crear espacios de trabajo seguros, algo que «es responsabilidad de las empresas y las administraciones». «Nuestra labor como organizaciones es dar herramientas a todas las personas para reconocer situaciones de LGTBIfobia y actuar en consecuencia, con todas las garantías», ha puntualizado.