Mercurio está reduciendo de tamaño y se está ‘arrugando’

Redacción

Un estudio científico sugiere que Mercurio está reduciendo de tamaño y, a medida que lo hace, también se está arrugando.

De acuerdo con David Rothery, profesor de geociencias planetarias en la Open Unity del Reino Unido, esto se debe a que el planeta está perdiendo calor, lo que está encogiendo su interior compuesto de metal fundido.

Ya en el pasado los científicos entendían que Mercurio estaba reduciendo su tamaño al punto de ser unos 14 kilómetros más delgado. Es más, los primeros datos que avalaron esta teoría llegaron de la misión Mariner 10 de la NASA que sobrevoló el planeta en 1974.

Ahora, en un estudio publicado en Nature Geoscience, los datos revelan que se están formando pendientes de kilómetros de altura conocidas como “escarpes” en todo el planeta.

“Debido a que el interior de Mercurio se está reduciendo, su superficie (corteza) tiene cada vez menos área que cubrir. Responde a esto desarrollando ‘fallas de empuje’, donde una zona de terreno es empujada sobre el terreno adyacente», señala Rothery. «Esto es como las arrugas que se forman en una manzana a medida que envejece, excepto que una manzana se encoge porque se está secando, mientras que Mercurio se encoge debido a la contracción térmica de su interior».

Pero los científicos han detallado que los escarpes, que tienen unos 3 mil millones de años, aún están sufriendo este problema. Y el argumento de esto se basa en los llamados grabens.

El estudiante de doctorado que ayudó en el estudio, Ben Man, encontró la existencia de fosas tectónicas o grabens donde la tierra se había desplomado entre dos fallas y una señal de estiramiento.

«El estiramiento puede parecer sorprendente en Mercurio, donde en general la corteza se está comprimiendo», explicó Rothery, «pero el hombre se dio cuenta de que estos grabens ocurrirían si una porción de corteza empujada se hubiera doblado al ser empujada sobre el terreno adyacente. Si lo intentas, si doblas una tostada, es posible que se rompa de manera similar».

Debido a que los grabens no estaban cubiertos completamente por los escombros de los impactos, el equipo pudo estimar que el estiramiento y el colapso tuvieron lugar hace menos de 300 millones de años, lo que se evidencia que es una actividad constante.

El estudio identificó 48 grabens definitivos y 244 probables en fotografías tomadas por la sonda MESSENGER de la NASA en 2015.

Pero además de dicha dinámica, la investigación también sugiere que el planeta tiembla constantemente con terremotos.

«Debido a que Mercurio se está contrayendo, estás provocando que partes de la parte rígida exterior sean empujadas sobre sí misma. Eso es un terremoto, o un terremoto de Mercurio», dijo el autor.

No obstante, para confirmar dichos rumores es necesario instalar sismómetros en el planeta.

Por fortuna, la sonda espacial BepiColumbo va camino al planeta con dos satélites que examinarán la superficie del planeta desde diferentes ángulos. Las imágenes que tome a alta resolución a finales de 2025 o a principios de 2026 ayudarán a seguir comprendiendo la geología de Mercurio.

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