Metal: Hellsinger Análisis – Un “DOOM” a golpe de música

Nacho Pérez

Metal: Hellsinger acaba de llegar hasta nuestras consolas y PC. Este título desarrollado por The Outsiders ha sido una grata sorpresa. Best Vision PR nos da la oportunidad de analizarlo y aquí traemos nuestras conclusiones. Es un título rítmico que ha salido también para Xbox Game Pass. Así que si tienes una consola de Microsoft con la suscripción activa, vas a poder probarlo por ti mismo de manera gratuita. Sin duda, este título es una de las revelaciones del año.

Si alguien mezclara Guitar Hero con DOOM saldría Metal: Hellsinger. La historia es bastante curiosa y nos va a ir guiando durante la aventura. Seremos un demonio que debe ir en busca de Lucifer. En este camino nos vamos a encontrar un montón de criaturas que nos lo querrá impedir. Pero gracias a nuestras armas, vamos a ir avanzando. Gracias a nuestras armas y a nuestro sentido del ritmo, porque la música es esencial en el juego.

Los escenarios son lineales y solo toca ir avanzando y abriendo puertas. A medida que pasamos a la siguiente sala, nos encontramos una horda de malvados enemigos. Hay que destruirlos a todos al más puro estilo DOOM. Y es que mucha de la jugabilidad está basada en ese juego. Es decir, hay que pegar, esquivar y asesinar de un determinado modo. Así, tomaremos vida en caso de que nos hayan hecho daño. Pero todo es al ritmo de la música. Si jugamos con cascos mejor.

Metal: Hellsinger mezcla música y disparos

Tenemos que escuchar el ritmo, aunque nos lo facilita un “metrónomo” en pantalla. No vale dar espadazos cuando queramos, hay que darlos justo cuando el metrónomo esté en la línea. Así, iremos, con el ritmo, asestando golpes, disparando o usando las armas del juego. Y es que tenemos una gran cantidad de arsenal para usar. A medida que avanzamos, vamos a ir descubriendo armas y habilidades más poderosas. Hace que siempre quieras seguir adelante en Metal: Hellsinger

Tenemos algunas habilidades interesantes en nuestro demonio de Metal: Hellsinger. El primero es el ritmo. Esto nos hace, si nos gusta el Metal, querer subir el bonus de golpes a 16. A medida que vamos dando, el multiplicador se va rellenando. De 2 a 4, de 4 a 8 y de 8 a 16. En esas escalas se van añadiendo instrumentos a la canción. Primero ritmos y melodías, luego guitarras y en el 16, la voz. Y En cuanto a voces, hay grandes artistas que han participado en el juego. Lo mejor, sin duda, es la BSO del título.

También hay ejecuciones. Estas se dan cuando el enemigo está bajo de vida. Si pulsamos al ritmo el botón correspondiente, lo asesinaremos de un golpe. Esto permitirá dejar cristales verdes que nos rellenarán a vida en Metal: Hellsinger. Al final, aunque con ritmo, nos hace tener que enfrentarnos directamente a los rivales si queremos tener más vida. Es muy interesante este concepto traído directamente de otras franquicias.

Encuentra al malvado Lucifer

En cuanto a los cantantes que podremos escuchar, tenemos de todo un poco. Desde Serj Tankian de System of a Down, , hasta Alissa White-Gluz de Arch Enemy o el cantante de Lamb of God. Sin duda hay muchas buenas canciones si te gusta este género. Eso sí, no vas a escuchar nada tranquilito, es Metal puro, salido del mismísimo infierno de Metal: Hellsinger. Pero, por otra parte, se agradece que se pueda escuchar este tipo de música en videojuegos, sus fans lo agradecerán.

A nivel gráfico tenemos un contenido que cumple. Los escenarios están bien modelados. Son pasilleros, pero así es Metal: Hellsinger. Eso sí, falta un poco de variedad en jefes finales y en enemigos. Podrían haber introducido a más bestias a las que asestar golpes al ritmo. En cuanto al sonido, la BSO es sobresaliente. El juego viene traducido al español mediante subtítulos. Pero el doblaje en inglés es bastante bueno.

Al final, Metal: Hellsinger, de The Outsiders es una de las sorpresas agradables del año. Es un juego bastante de nicho. No es para todos los públicos, porque hay personas que no aguantan el Metal. Pero si te gusta el DOOM y eres receptivo a los juegos rítmicos, te va a encantar. También lo hará si eres fan del estilo musical. Quizás cuesta pillarle el tranquillo, pero en pocos minutos estarás dando golpes al ritmo. No decepciona realmente.

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