«La única evidencia que se sabe con absoluta seguridad, al nacer, es que todos vamos a morir», sostiene Nacho Blasco, quien desde 2007 se ha dedicado a estudiar la vida después de la muerte como fenómeno clave para comprender la naturaleza esencial del ser humano.
En este contexto, este formador e investigador oriundo de Castellón ha lanzado al mercado la tercera edición de Morir para sentirse vivo, un libro único y original que busca guiar a los lectores hacia una profunda comprensión de su condición de inmortales, orientándoles acerca de la vida en los otros planos de existencia.
Un viaje hacia el fondo del alma
Inspirada por una intensa actividad investigadora por parte de Nacho Blasco sobre la vida después de la muerte y en otros planos de existencia, Morir para sentirse vivo es una novela que narra la historia de Ernesto y de su familia a través de un lenguaje cercano y un estilo personal.
En este sentido, el libro cuenta la realidad y el camino de cambio de los distintos personajes a través de todas las etapas por las que atraviesan en la vida. Por esta razón, los lectores no solo podrán comprender los diferentes procesos que sufre el protagonista al pasar a otra vida, sino también cómo sobrellevan esta situación sus seres queridos.
De esta manera, mediante un relato en primera persona con una base verídica fundamentada en una serie de investigaciones, es posible sumergirse en un viaje hacia el fondo del alma para conocer el camino hacia la inmortalidad, con todo detalle y con una trama fascinante y esperanzadora.
Nacho Blasco, un estudioso de las experiencias cercanas a la muerte
Morir para sentirse vivo busca ayudar a los lectores a comprender lo que ocurre una vez que las personas abandonan el cuerpo físico, mediante una combinación de conocimiento objetivo y subjetivo acumulado por Nacho Blasco a lo largo de su trayectoria como investigador.
En este camino, el autor ha dedicado varios años a indagar y experimentar los fenómenos que evidencian la supervivencia de la conciencia tras la muerte, un fenómeno que despertó su interés después de escuchar el testimonio de un sacerdote que había estado en coma.
Así, Nacho Blasco llegó a la conclusión de que en las experiencias cercanas a la muerte se encuentran las claves para la comprensión de las cuestiones existenciales de la vida, por lo que se especializó en el estudio de la mediumnidad física y mental, la reencarnación y la transcomunicación instrumental, entre muchas otras situaciones metafísicas.
Por lo tanto, Morir para sentirse vivo no solo es una buena manera de comprobar que la vida sigue tras la muerte física, sino también de comprender cómo es el proceso.