Durante los últimos años, ha crecido notablemente el interés por las nanopartículas, principalmente, por el amplio rango de aplicaciones que estas tienen y que van desde aplicaciones en biomedicina, hasta soluciones ambientales.
Las nanopartículas de hierro se han venido estudiando mucho hasta ahora, particularmente por su biocompatibilidad y biodegradabilidad, que las hacen especiales en aplicaciones ambientales.
Ahora mismo, la spin-off de nanopartículas de hierro llamada Calpech, es una de las pioneras en España en la producción de esta nanopartícula, específicamente, para fines medioambientales. Su proceso patentado cuenta con un alto potencial de I+D, lo que la ha convertido en todo un referente en la industria.
¿Qué son las nanopartículas de hierro?
Actualmente, las nanopartículas de hierro son ampliamente utilizadas e investigadas para su uso en fertilizantes y para soluciones ambientales como el tratamiento de las aguas, eliminación de metales pesados o producción del biogás. Las principales características que han hecho a estas nanopartículas tan interesantes para la investigación moderna, son sus propiedades para la remediación de contaminantes y aplicaciones ambientales.
Además, al tener magnetismo, pueden ser manipuladas a distancia por campos externos. Hoy en día, ya hay empresas que se dedican a la producción y comercialización de nanopartículas de hierro encapsuladas en carbono, tal como lo hace la spin-off española Calpech. Su tecnología permite obtener estas nanopartículas a partir de los desechos de la industria oleícola, con lo cual se confiere al proceso de esta industria un sello de sostenibilidad y economía circular.
Las distintas aplicaciones de las nanopartículas de hierro
Actualmente, las nanopartículas de hierro tienen una gran variedad de aplicaciones, especialmente en tres sectores, que son el biogás, las aplicaciones ambientales e industria alimentaria. Las nanopartículas de hierro mejoran la producción del biogás y permiten eliminar el ácido sulfhídrico generado durante la digestión anaerobia, muy venenoso para los motores de combustión debido a su efecto corrosivo. Además de esto estabilizan el reactor biológico ante altas cargas orgánicas y mitigan la inhibición amoniacal.
Las nanopartículas de hierro son especialmente ideales para la descontaminación de suelos y aguas, ya que absorben moléculas contaminantes y metales pesados. Todo esto sin dejar efectos secundarios en seres humanos o en el medioambiente.
Por último, en el sector alimentario, las nanopartículas de hierro se utilizan como aditivos no solo para aumentar la duración de los alimentos, sino también para mejorar su sabor, su textura e incluso para reducir riesgos de intoxicación. Asimismo, se usa para enriquecer nutrientes como el hierro en alimentos como cereales y bebidas.
En definitiva, las nanopartículas de hierro representan un importante avance en las investigaciones científicas sobre nanopartículas, dado el alto potencial que tienen y todos los beneficios que pueden ofrecer tanto para la salud del ser humano como para el medioambiente en general.