El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha afirmado que el pacto migratorio que ahora mismo negocia la Unión Europea implica «violar» con leyes y políticas a países que como Hungría y Polonia no están conformes.
«Si te violan, en términos legales, y te obligan a aceptar algo que no quieres, ¿cómo puede haber un acuerdo? Es imposible», ha sentenciado Orbán a su llegada al Consejo informal de Granada, donde ha lamentado que Budapest y Varsovia hayan sido apartadas.
Así, el primer ministro húngaro ha dejado claro que no habrá concesiones, que considera «imposibles» en términos políticos a día de hoy. «No sólo hoy, también a nivel general, durante los próximos años», ha sentenciado.
Orbán reacciona así después de que los ministros de Interior fijaran esta semana la posición de los 27 para negociar el mecanismo de gestión de crisis migratoria, un expediente clave de la reforma migratoria y de asilo. El mandato salió adelante con el apoyo de una mayoría cualificada de países y a pesar del voto en contra de Hungría y Polonia, que no pudieron frenar el acuerdo.
PONE EN DUDA LA AMPLIACIÓN
Por otra parte, ha aludido al debate abierto sobre ampliación para señalar que, antes de plantear la entrada de nuevos miembros al bloque comunitario, es necesario examinar las «consecuencias estratégicas» que implicaría. «No lo hemos hecho», ha avisado.
En el caso de Ucrania, que aspira incluso a iniciar este año conversaciones de adhesión, Orbán ha subrayado que «es un país en guerra» y que la UE «nunca» ha aceptado a un miembro en estas circunstancias, toda vez que no se sabe si quiera «dónde están las fronteras efectivas» a día de hoy.
También ha apuntado que hay que examinar el impacto desde el punto de vista presupuestario, el impacto que acarrearía en aspectos que van desde las ayudas agrícolas a los fondos de cohesión, pasando por cuestiones básicas de seguridad. «¿Están los campesinos franceses preparados?», ha apostillado.
Sobre la posibilidad de imponer sanciones a Azerbaiyán, planteada por el Parlamento Europeo, el primer ministro de Hungría ha recordado que se trata de «un país clave», sin el que no existiría «independencia energética».
«Si queremos reducir la dependencia de la energía rusa, necesitamos a Azerbaiyán», ha dicho.
Los recelos de Orbán se extienden también a las posibles sanciones contra Serbia, reclamadas el jueves en Granada por la presidenta de Kosovo. El primer ministro de Hungría ha tachado de «ridícula» e «imposible» la propuesta y ha llamado en cambio a ayudar a Serbia a «estabilizar» la región.
«Los serbios han sufrido provocaciones en los últimos dos años», ha denunciado, para acto seguido dirigirse a las autoridades kosovares para pedirles que no «provoquen». «La provocación deriva en respuestas y da como resultado más inestabilidad», ha acotado.