Personas con síndrome de Asperger explican sus talentos y necesidades para que la sociedad “les haga espacio” y «puedan encajar”

Alvaro San Román

Una diseñadora gráfica, un psicólogo y dos jóvenes estudiantes de Auxiliar de Gestión Cultural protagonizan la campaña ‘Haz espacio’ que Autismo España lanza con motivo del Día Internacional del Síndrome de Asperger, que se celebra este viernes, 18 de febrero.

En un acto organizado por Autismo España en la agencia de noticias Servimedia, los cuatro describieron sus talentos y también sus necesidades específicas como personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) sin discapacidad intelectual ni trastorno del lenguaje asociados (actual denominación del Asperger). “Todo para ser visibles y conseguir que la sociedad les haga un hueco donde encajar”.

CAPACIDADES

La principal virtud de Macarena Barba es su atención al detalle, algo que como diseñadora gráfica le resulta de gran utilidad. En cambio, Miguel Aulló tiene como talento más destacado “la empatía y el poder ayudar a los demás”, cualidades que pone en práctica como psicólogo de la Fundación Rivière, especializada en la atención y tutela de adultos con TEA.

En su opinión, resulta “muy importante encontrar personas con Asperger en ámbitos donde estamos muy invisibilizados” y “a los jóvenes y a sus familias les viene bien saber que también podemos trabajar en campos como la psicología o el trabajo social, que a priori son muy sociales”. “Con esfuerzo y los apoyos debidos, sí se puede”, recalcó.

De hecho, Miguel explica que desde pequeño sintió que no encajaba con sus compañeros y que eso le hizo desarrollar una mayor habilidad para “ponerse en el lugar de las personas con dificultades”. “Debemos ser conscientes de que todos tenemos dificultades y, desde ahí, ayudar a los demás”.

Para José Luis Maldonado, sus mayores destrezas son su “interés por aprender” y “su pasión por la historia”, mientras que Marina Martín asegura “tener una gran memoria” y ser muy capaz de “saber exactamente en qué lugar de la estantería de una biblioteca se encuentra un libro” determinado.

Los dos estudian para convertirse en auxiliares de Gestión Cultural y están deseando acabar y encontrar un empleo, como guías en un museo o en una biblioteca.

José Luis suma a estos intereses sacarse el carnet de conducir y poder vivir independiente. Por su parte, Marina disfruta cuando visita un museo o va al cine, pero también de viaje o con una cena en una hamburguesería.

INCOMPRENSIÓN

Sus sueños y aficiones no distan mucho de los de cualquier joven, aunque muchas veces han sentido que no encajaban en la sociedad. “Me cuesta mucho entender la ironía y los dobles sentidos”, admite José Luis, una dificultad que también manifiesta Marina.

Ella agrega que de pequeña, “tenía verdaderos problemas para seguir las reglas de los juegos y entender las bromas”. Esto último “aún me pasa” y añade que “hay personas que se molestan porque les pregunto mucho, porque soy muy curiosa”.

Los dos coinciden en destacar la «incomprensión» como el origen de la gran mayoría de sus problemas. Macarena y Miguel repiten la misma sentencia.

DIAGNÓSTICO COMO LLAVE

Por eso, los cuatro señalan que la obtención del diagnóstico que les identificaba como personas con síndrome de Asperger realmente les ayudó en sus vidas. “Al principio me costó aceptarlo”, recuerda Macarena, pero luego “me dije a mí misma que eso me aclaraba muchas cosas y ahora intento visibilizarlo”.

Para Miguel Aulló y su familia , el diagnóstico representó “un auténtico alivio”. “Mis padres sabían que algo me pasaba desde pequeño, pero íbamos dando palos de ciego, de especialista en especialista, sin que nadie me ayudase”. “Cuando, por fin, dimos con una persona que determinó qué me pasaba, pudimos acceder a los profesionales que necesitaba. Gracias a ellos y al esfuerzo de mi familia, yo soy quien soy ahora”, declaró.

Algo similar le ocurría a la madre de Marina, que desde pequeña “lo sospechaba”. Sabía que algo le ocurría a su hija, pero nadie le daba una respuesta. El diagnóstico le llegó a Marina a los 12 años y a los 18 a Miguel que entonces supo por fin que le ocurría y “dónde podía acudir”. “Para mí, fue un cambio de 180 grados”. Igual que él, José Luis experimentó “un gran cambio a mejor” al saber “por fin” que le pasaba”.

ATENDER NECESIDADES

Los tres se sintieron aliviados al disponer de un diagnóstico, sobre todo porque eso les posibilitó acceder a especialistas y a la ayuda que requerían.

Según Marcos Zamora, presidente de la Federación española de Profesionales de Autismo, “la sociedad ha mejorado en cuanto a conocimiento del TEA y del síndrome de Asperger, pero aún falta una visión realista y completa sobre lo que implica”. “Las series de televisión han hecho un gran trabajo” en este sentido”, prosiguió, pero “a veces, han servido para difundir ciertos clichés sobre las capacidades de estas personas”.

En su opinión, “si no hacemos visibles sus necesidades, podemos correr el riesgo de minimizar sus dificultades”, que es algo que “estas personas se pasan la vida entera intentando”. “Realizan un esfuerzo enorme para encajar”, apuntó, que “a muchos les acarrea graves problemas de salud mental”.

Por eso, “hay que prestarles los apoyos individualizados y personalizados que necesitan”, que “requerirán a lo largo de su vida para aspectos tan importantes como desarrollar bien el lenguaje, prevenir el acoso escolar, mejorar en sus relaciones sociales o encontrar y mantener un empleo”.

De ahí que la presente campaña busque destacar tanto las capacidades de estas personas, a fin de que las empresas y el conjunto de la sociedad las conozcan, como sensibilizar sobre sus necesidades específicas.

Sólo de este modo, “con un entorno social concienciado, conseguiremos que estén incluidos” y que tengan su espacio, concluyó.

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