Picaduras de medusa, raya o pez araña ¿cómo minimizar los daños?

Redacción

En el mar existe una gran variedad de animales cuyo hábitat suelen invadir los bañistas en época estival por lo que es más frecuente que aparezcan picaduras como las de medusa, la raya o los peces araña, que pueden llegar a ser muy molestas por lo que es recomendable prevenirlas o, en caso de que sucedan, tratarlas adecuadamente para minimizar el dolor, por ejemplo, con agua del mar.

En la gran mayoría de las ocasiones, las picaduras de estos animales son accidentales y no ataques directos. En este sentido, lo más importante es la prevención, es decir, evitar tocarlas de forma voluntaria, así como alejarse en caso de su aparición inesperada.

Entre las recomendaciones para minimizar los daños en caso de padecer este tipo de lesiones, el Grupo Ayuda Animal SEMES, de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, incluye: poner a la víctima a salvo fuera del agua y acudir al Servicio de Socorrismo ya que «éste será un gran aliado donde acudir, dado que el personal tiene experiencia en su manejo y conocimiento de la fauna local», apunta la doctora Beatriz Rodríguez, médico y veterinaria y coordinadora de GRAAN SEMES.

Por otro lado, de forma general para todos los animales marinos, hay que limpiar la zona con agua de mar o con vinagre diluido al 50 por ciento.

«También es importante retirar los cuerpos extraños (tentáculos, espinas) con pinzas o cualquier otro objeto, aunque no debemos manipular directamente ya que podemos aumentar la lesión. Del mismo modo evitaremos el rascado directo y aplicaremos frío local indirecto sin frotar (hielo envuelto en paño)», explica la doctora Rodríguez.

Asimismo, la doctora añade que, de forma general, están contraindicados por tanto el lavado con agua dulce, vendajes compresivos, succión directa etc., y que «en un segundo momento y siempre bajo supervisión médica, se pueden tomar analgésicos, antihistamínicos, cremas para alivio sintomático, antibioterapia, así como vacunación antitetánica en el caso que estuviese indicado».

El Grupo Ayuda Animal SEMES (GRAAN SEMES), de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, explica al respecto que, de forma general, las lesiones son locales, leves y muestran síntomas como picor, dolor e inflamación.

Además, la doctora Beatriz Rodríguez, añade que las reacciones graves son anecdóticas y que «en el caso de que apareciese clínica general en forma de convulsiones, falta de aire, dolor abdominal, fiebre u otros síntomas de carácter sistémico como shock anafiláctico, hay que activar los Servicios de Emergencias y trasladar a la víctima a un medio hospitalario donde será atendido».

LA FAUNA MARINA QUE HAY QUE VIGILAR

La protagonista más temida y la que más frecuentemente puede provocar lesiones es la medusa. Estas suponen más del 60 por ciento de las incidencias que se producen en las costas y, en los últimos años, ha habido un aumento relativo tanto en su presencia como en la aparición de nuevas familias marinas.

«Esto es debido en parte al cambio climático y la intensificación de la pesca», asegura la coordinadora de GRAAN-SEMES. «La zona de la medusa que puede darnos problemas son los tentáculos, donde alberga los nematocistos cargados de su toxina. Por lo tanto, en el caso de que sea necesario manipularla de forma indispensable, tenemos que hacerlo por su cuerpo», añade.

En este sentido, lo más sensato es evitar el baño cuando haya alarma por parte de las autoridades de su presencia masiva o bien, estar pendientes para evitar el contacto. «Tampoco es infrecuente ver animales muertos en la orilla. En este caso también debemos evitar tocarlas porque pueden seguir siendo activa su toxina y provocarnos lesión», afirma la doctora.

Otras especies que pueden causar problemas en estas fechas son el pez araña o escorpión y la raya. «Suelen estar enterrados en la arena, por lo que no es difícil pisarlo y que nos clave sus cuatro espinas de la aleta dorsal en el caso del pez araña, y en el caso de las rayas el aguijón aserrado de su cola», aclara la coordinadora.

La forma de evitar estos «ataques» es caminar calzado por la orilla, ya que no hay problema en la arena seca. En el caso de que uno de ellos pique, «se debe retirar el cuerpo extraño y para neutralizar su toxina termolábil (neuro y cardiotóxica), se debe introducir el miembro afecto en agua caliente a 45ºC entre 60-90 minutos. En estas lesiones, hay que valorar el estado vacunal del paciente por su efecto potencial tetanígeno», explica la doctora.

Otro tipo de raya es el pez torpedo o la raya eléctrica o calambrosa, habitual en las costas andaluzas y que pueden generar descargas que no suelen ser mortales.

«También podemos tener nuestros encontronazos con los erizos de mar, que suelen estar adheridos a las rocas o en los fondos marinos, y, tras pisarlos, sus púas quedan clavadas en la piel», detalla la experta. En este caso, la doctora cuenta que dichas púas deben extraerse, en la medida de lo posible, con pinzas. Esto es importante ya que, si no se pueden sacar todas las púas, éstas pueden llegar a reabsorberse.

Existen otros animales presentes a niveles marinos más profundos pero que dada la popularización de ciertos deportes acuáticos (submarinismo, pesca, snorkel) cada vez son más frecuentes. Estos animales invertebrados son las anémonas (fideos de mar), corales (exoesqueletos afilados, riesgo aumentado de infección), esponjas (espículas en su superficie), estrellas o pepinos de mar (toxina superficial).

Las lesiones que principalmente provocan son la dermatitis irritativa por contacto y, en alguna ocasión, conjuntivitis.

Por último, desde GRAAN SEMES alertan sobre una entidad más específica, que es la erupción del bañista. Esta se da por contacto con larvas de Edwarsiella lineata, que inyecta una toxina intradérmica.

«Ocurre característicamente en la zona del bañador u otros accesorios que contactan con la piel, reteniendo la larva sobre ella. El tratamiento será la retirada de todos estos objetos, así como lavado intenso con agua de mar», explica la doctora. La clínica más frecuente es la dermatitis irritativa, si bien hasta en un 10 por ciento de los casos puede dar síntomas sistémicos.

Por todo ello y, para intentar no arruinar tus vacaciones y evitar estas experiencias desagradables, la experta incide en que se «debe ser respetuoso con el medio marino e interferir lo mínimo en la vida de sus animales». Asimismo, recuerda que, si bien la mayoría de las interacciones son accidentales, en ocasiones estos animales se defienden de los humanos porque los identifican como un peligro.

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