La Fiscalía de Madrid solicita 31 años de prisión para dos hermanos acusados del asesinato de su cuñado a tiros el 6 de abril de 2018 cuando salía del despacho de abogados de su abogado, Marcos García Montes, en el distrito de Chamberí.
El crimen de Luis Romero Durán, alias ‘Luisito’, se atribuyó en la investigación policial a una venganza familiar dado que se produjo cuatro días antes de que se juzgará la muerte de su padre, asesinado en 2015 en un polígono de Arroyomolinos.
En el momento del asesinato, ‘Luisito’ se encontraba con una de las abogados del despacho de García Montes y con su madre, quien pudo ver la cara de sus asesinos.
En el banquillo de los acusados de la Audiencia de Madrid se sentarán a partir del próximo martes Javier y Guillermo Fernández Flores. Para el otro hermano, Juan Fernández Flores, se piden 9 años y 9 meses de cárcel como cooperador necesario del crimen.
Según el escrito de acusación, los hermanos Javier, Guillermo y Juan Fernández López sabían que su hermana, su pareja y los padres de éste iban a acudir a un despacho de abogados para preparar un juicio que se iba a celebrar días después.
En esa vista oral se iba a juzgar el asesinato del padre de los tres hermanos, Juan Fernández Sansegundo, en el que estaban acusados su hija Yolanda Fernández López, su pareja Luis Romero Durán y los padres de éste, Rafael Romero Merino y Yolanda Durán Pajuelo.
A TIROS POR LA ESPALDA
Las tres personas que se sentarán en el banquillo de los acusados llegaron a la calle Fernando el Católico de Madrid donde estaba ubicado el despacho del abogado y estacionaron su vehículo en el número 4 de la citada calle «donde para vengar la muerte de su progenitor esperaron el momento más propicio para acabar con la vida de su cuñado Luis Romero Durán».
Así, sobre las 18:18 horas, y cuando Luis Romero Durán salía del interior del bar Villa de Narcea situado frente al despacho de abogados, «local en el que todavía permanecían sus familiares abonando las consumiciones», Javier y Guillermo se acercaron por la espalda a la víctima mientras su hermano Juan les esperaba en el coche para facilitar la huida, y a menos de dos metros de distancia efectuaron «al menos» cuatro disparos, de los cuales dos impactaron sobre Luis Romero Durán.
Al oír los disparos salieron del bar los familiares de la víctima que había quedado tendida en el suelo y trataron de arrebatar a Guillermo la pistola que portaba y con la que «apuntaba a la cabeza de Luis con intención de rematarle».
Acto seguido los padres del fallecido y la hermana de los acusados mantuvieron un forcejeo con Guillermo y Javier «en el curso del cual ambas mujeres Yolanda Fernández y Yolanda Durán consiguieron bajar las bufandas bragas con las que ocultaban sus rostros».
Mientras Yolanda Fernández estaba tendida sobre el cuerpo inerte de Luis, su hermano Guillermo colocó el arma «que todavía estaba caliente por los disparos» en su espalda al tiempo que le decía: «que sepas que el próximo va a ser tu hijo» para, acto seguido, golpearle en la cabeza con su pistola.
Durante el forcejeo, ambos acusados golpearon con sus respectivas armas a Rafael Romero y a Yolanda Durán «ocasionándole a ésta herida inciso contusa de 2 cms de diámetro en región interparietal con bordes irregulares».
Instantes después los dos hermanos se dirigieron corriendo al lugar donde habían aparcado el vehículo «siendo perseguidos por Rafael Romero que no consiguió alcanzarlos y se introdujeron en el mismo donde como habían convenido les esperaba al volante su hermano Juan», afirma la Fiscalía.
Tras emprender la huida, sobre las 18:42 horas abandonaron el turismo en la calle Estocolmo «y lo calcinaron para borrar cualquier vestigio en él que les relacionase con los hechos perpetrados».
En el momento de su fallecimiento Luis Romero tenía 30 años edad, uno más que su pareja Yolanda Fernández López, con quien tenía dos hijos menores de edad.
En concepto de responsabilidad civil el Ministerio Público reclama una indemnización de 150.000 para la mujer y otros 105 euros para cada uno de los hijos.