Un centenar de personalidades han plasmado un alegato a favor de Felipe VI en ‘Los catalanes sí tenemos rey’, un libro concebido como «desagravio colectivo» ante los «múltiples desplantes» de autoridades catalanas que son «incapaces» de mostrarle un «mínimo respeto institucional» y en el que destacan como puntal de su reinado su discurso el 3 de octubre de 2017, en reacción al referéndum ilegal.
Obra de los periodistas Sergio Fidalgo y Antonio Robles, el libro reúne en 367 páginas textos de la líder de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas; el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, o el presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, así como entrevistas sobre el papel del Rey al dramaturgo Albert Boadella o al catedrático de Derecho Constitucional Francesc de Carreras.
La líder de Cs muestra su «profundo respeto» y «sincera admiración» por Felipe VI, al que considera un símbolo de la unidad democrática y, en especial, para quienes, como la diputada, vivieron «en primera persona» el «golpe separatista» de 2017 y recibieron su respaldo al escuchar su «histórico» discurso del 3 de octubre.
Para Arrimadas, entonces diputada en el Parlament de Cataluña, las palabras del Rey en su mensaje televisado significaron un empujón de esperanza frente al «miedo, tristeza y profundo desamparo» que sintieron los catalanes no independentistas por lo que podía suceder.
Arrimadas destaca que si el Rey no hubiera pronunciado su discurso ante la «afrenta antidemocrática del separatismo», el desarrollo de los acontecimientos hubiera sido «mucho peor». Aquel mensaje «animó» a los constitucionalistas a defender la democracia, enfatiza.
El libro, editado por ‘elCatalán.es’ y Ediciones Hildy, también recoge testimonios de Carlos Carrizosa, líder de Cs en Cataluña; Anna Grau, una de sus diputadas en el Parlament; Javier Nart, que fue su eurodiputado, o Juan Carlos Girauta, exdiputado en el Congreso.
«NO ESTÁIS SOLOS»
Por parte de Vox, su secretario general señala que la presencia del Rey en Cataluña «llena de orgullo y esperanza» a los catalanes que durante mucho tiempo se sintieron «abandonados» por los gobiernos centrales, y evidencia que el Estado de Derecho opera en Cataluña.
Garriga resalta que los catalanes «leales» se sintieron reconfortados con el discurso del 3 de octubre, a la vez que hace un llamamiento a estar al lado de Felipe VI para defender las instituciones frente a los que quieren acabar con la monarquía.
A lo largo de la democracia, España «nunca» había tenido un Gobierno «tan indisimuladamente hostil» hacia la Casa Real, que atraviesa momentos de «gran trascendencia» para su futuro, alerta.
Desde el PP, Alejandro Fernández da las gracias al Rey por decir a los españoles: «No estáis solos», en un discurso con el que se «derrotó» a los independentistas en su «golpe a la democracia».
El presidente de los ‘populares’ catalanes incide en el papel de moderador del debate público que tienen los reyes democráticos, cualidad que «no debe confundirse» con ser «neutral» entre quienes defienden la Constitución y aquellos que quieren terminar con ella.
Y Xavier García Albiol, exalcalde del municipio barcelonés de Badalona, hace hincapié en que aquel discurso, aunque solo durase «seis minutos», resultó «crucial» para transmitir apoyo y esperanza.
Además, el diputado del PSC en el Parlament David Pérez recuerda el papel del Rey como abanderado de España en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, lo que le colocó –como desde 2014– al frente de los españoles, y arremete contra los grupos políticos «minoritarios» que atacan su figura porque «solo saben sobrevivir confrontando».
FIRME, NO CEDIÓ AL «CHANTAJE»
En el libro, la primera de las entrevistas tiene como protagonista a Albert Boadella, que afirma que las monarquías parlamentarias son «tan democráticas» como las repúblicas. Y señala que si tuviera que elegir entre los distintos jefes del Gobierno habidos desde la dictadura para ser un hipotético presidente republicano, él se quedaría con Felipe VI por su «sensata y amable neutralidad».
El dramaturgo catalán sostiene que la monarquía parlamentaria mitiga el problema partidista que es común en las repúblicas de tipo presidencialista y cita el ejemplo de Francia, donde el presidente «no gobierna plenamente» para todos los franceses, dado que para un sector de la población será, si no lo ha votado, un «adversario».
Mientras, Francesc de Carreras alaba también el discurso del monarca, unas palabras –subraya– que sirvieron de modelo para explicar cómo debe actuar un jefe de Estado en una monarquía, ejerciendo como símbolo de la unidad y el defensor de la Constitución frente a un «golpe de Estado más peligroso que el del 23-F».
El catedrático de Derecho Constitucional ve normal que los independentistas cargaran contra aquel mensaje, pues fue un «freno» a sus ataques al orden constitucional y devolvió la confianza en el Estado. Además, critica que Leonor, la heredera del trono, no pueda dar los Premios Princesa de Girona porque la alcaldesa de la ciudad declaró al Rey persona ‘non grata’ y que el Gobierno no haya actuado.
Para el profesor universitario y escritor Félix Ovejero, aquel discurso generó «frustración» a los partidarios de la independencia porque esperaban que cediera al «chantaje» y les recordó que la igualdad ante la ley es un principio básico tanto en monarquía como en república: «Frente a la arbitrariedad, la ley democrática».
El prólogo lo firma uno de los autores, Sergio Fidalgo (Barcelona, 1968), que detalla el propósito del libro: desmentir a los independentistas cuando dicen que no tienen rey, porque «muchos» catalanes sí están «orgullosos» de su papel de «árbitro».
Y el otro, Antonio Robles (Fermoselle, Zamora, 1954), se muestra convencido en el epílogo del libro de que un monarca como jefe de Estado garantiza más la democracia en países como España que los «vaivenes» de las presidencias periódicas de una república.