Las urnas biodegradables son cada vez más usadas por ser un método idóneo y acertado para disponer de un servicio funerario respetuoso con el medioambiente, ya que los materiales de este tipo de recipientes cerrados se degradan de forma efectiva mediante la acción biológica en un reducido margen de tiempo.
La tendencia al alza que aboga por la utilización de estas urnas ha permitido que hoy exista una amplia gama de urnas biodegradables para responder a diversas necesidades y preferencias. Los expertos de Interfunerarias reiteran las ventajas de esta modalidad para hacer del proceso de duelo una experiencia sostenible.
¿A qué se debe el éxito de las urnas biodegradables?
Los beneficios y ventajas de las urnas biodegradables son base sustancial de su éxito. Estos recipientes se reintegran a la naturaleza sin impactar de forma negativa en el entorno. En la actualidad, existen diversas presentaciones de estos implementos, por lo que es posible acceder a una urna que se ajuste al lugar en el que se tienen que situar.
Las urnas para la tierra son las más convencionales y conocidas, estas se crean con minerales, cáscaras de frutos, fibra y sustratos vegetales para que se mezclen con las cenizas provocando una acción benéfica para jardines, cementerios verdes y terrenos en los que se desea que crezcan árboles. En tanto, las urnas para el mar son diseñadas con aglutinantes de origen vegetal y sal marina para que al entrar en contacto con el mar proporcionen calcio a los corales y se desintegren rápidamente.
Las urnas para el agua dulce se fabrican con arena y aglutinantes vegetales para propiciar nutrientes para ecosistemas acuáticos y clorofila a plantas presentes en esta corriente hidrográfica. Además de las ya mencionadas, existen urnas para el aire en forma de tubos versátiles hechos de papel para esparcir cenizas que, al concluir su labor, pueden ser depositados para reciclar en contenedores de papel. También se crean urnas biodegradables de materiales variados como las hojas de palma, arcilla sin cocer y corteza de árboles, entre muchos otros.
Hacer del fallecimiento de una persona un proceso sostenible
En la actualidad, las cremaciones ya se realizan en su gran mayoría haciendo uso de ataúdes ecológicos, con lo que al finalizar el proceso de incineración con una urna biodegradable se consigue completar un proceso natural y respetuoso con el medioambiente. Llevar a cabo un funeral de esta manera es una acertada y provechosa manera de nutrir la tierra, el agua y el ambiente.
Las urnas biodegradables son asequibles y cada vez están más disponibles en la oferta de los servicios funerarios, de tanatorios y crematorios. Su implementación es una respuesta eficaz que protege al planeta y promueve valores respetuosos, humanitarios y socialmente responsables.