Crear una propia universidad corporativa en la empresa es la fórmula para conseguir formar a los empleados para seguir los objetivos de la compañía.
El entorno BANI está formado por los conceptos “frágil, ansioso, no lineal e incomprensible” y busca dar una óptica para poder estructurar todos loscambios que se están produciendo en el mundo.
“Hay que cambiar la forma de pensar y apostar por convertir a la gente que tienes en la gente que necesitas”, señala Ana Sarmiento, Leadership Assesment & Development de Kincentric.
Noticias que nacen y caducan a la velocidad de la luz; disrupciones tecnológicas cuyo ciclo de vida cada vez es más corto. Pasan tantas cosas y con tal rapidez que las empresas lo tienen cada vez más complicado para estar a la última. Una realidad que se encarga de recoger un nuevo término de moda: El “entorno BANI”. Este acrónimo está formado por los conceptos frágil, ansioso, no lineal e incompresible y ha sido formulado por Jamais Cascio con el objetivo de dar una óptica desde la que conseguir estructurar todos los cambios que se están produciendo en el mundo.
El entorno BANI tiene entre sus banderas la capacitación y la formación como vía paracombatir lo incomprensible. Y es que, a fin de cuentas, por muchos cambios que se produzcan, la máxima de que “quién no aprende se queda atrás” no pierde su vigencia. Contar con una cultura de aprendizaje organizacional adecuada es un valor añadido para cualquier compañía que le va a permitir ventajas como la retención del talento.
Ahora bien, la realidad empresarial señala que son muchos los casos donde el aprendizaje está descentralizado. Entre tanta oferta formativa como ofrece internet, muchas veces, los trabajadores que tienen que dedicar parte de su tiempo libre a buscar el curso ideal o a empresas que aprovechan los excedentes en el presupuesto a final de año para ofrecer algún curso nuevo a sus empleados. Ejemplos donde la formación es reactiva y llega como una acción de emergencia pero sin una estructura detrás.
Frente a esta realidad, existe una alternativa que pasa por construir la propia academia de formación o universidad corporativa. “Hay que cambiar la forma de pensar y apostar por convertir a la gente que tienes en la gente que necesitas”, señala Ana Sarmiento, Leadership Assesment & Development de Kincentric. Un nuevo paradigma donde la compañía evalúe qué necesita e implante un plan formativo que esté articulado con la visión de su negocio, con las competencias que tienen que desarrollar sus líderes y con las habilidades que deben reforzar sus trabajadores. Un plan que pueda diseñarse de forma proactiva.
¿Cómo se hace esto? Claves para desarrollar una academia formativa propia
“Lo más importante es anticiparse a lo que va a pasar para conseguir que tu empresa no se quede atrás”, señala Sarmiento. Para ello, antes de implantar la propia universidad corporativa hay que realizar tres pasos fundamentales:
Identificar hacia dónde se quiere ir o, lo que es lo mismo, se necesita tener una visión.
Realizar una fotografía del punto actual: observar la madurez de la cultura de aprendizaje, evaluar si se tiene una estrategia y cuál es el papel de recursos humanos.
Cerrar la brecha. Hay que trabajar para conseguir cerrar la brecha entre el punto de partida y el lugar al que se quiere ir.
A su vez, dentro de ese viaje para conseguir cerrar la brecha hay tres aspectos que no pueden faltar dentro de la compañía:
Hay que contar con embajadores del cambio (o será más complicado iniciar siquiera el trayecto de evolución).
Falla rápido y barato. Una versión del célebre “fail again, fail better” de Beckett que refleja que para aprender hay que fallar.
Ir más allá del diseño. Es clave aterrizar la idea lo antes posible para que se convierta en algo real y tangible.
Las universidades corporativas tienen un funcionamiento muy similar al entorno startup. Hay que rodar un programa piloto, recibir el feedback y volver a rodar, ya que los resultados nunca van a llegar a la primera. Hablamos de un trabajo continuo en el que cuando hayas conseguido el resultado ideal, tendrás que volver a renovarlo y a seguir aprendiendo. Además, cómo diría Henry Ford hay que perder el miedo a que después de formar a los empleados estos puedan marcharse, ya que existe otra opción peor: “no formarlos y que se queden”.
Sobre Kincentric
Kincentric, empresa de Spencer Stuart, está centrada en ayudar a las organizaciones a desbloquear el poder de las personas y los equipos para impulsar el cambio y generar mejores resultados.
Dentro de sus áreas de actividad se encuentra la cultura empresarial, el compromiso de los empleados y el desarrollo del liderazgo en las organizaciones.
Los que deseen ampliar la información o concertar una entrevista con Ana Sarmiento, pueden ponerse en contacto con Margaret González Membrilla a través del teléfono o de hola@canalinizia.com.