Pucará celebrará el día del ceviche en Madrid con cinco deliciosas propuestas

Redacción

Con las altas temperaturas a la vuelta de la esquina, nada más apetecible que la explosión de sabores frescos y llenos de matices que ofrecen los ceviches. Un plato con historia y tradición que en Pucará se puede disfrutar con las cinco propuestas que el restaurante ofrece para devorar este verano deliciosamente.
Pucará ofrece un viaje gastronómico por deliciosos platillos con toques atrevidos y cuidada materia prima que se funden cómodamente con sazones asiáticas e ingredientes mediterráneos en un enfoque renovado y personal. La carta de Pucará refleja aromas andinos, un paseo gastronómico por la costa del Pacífico, un recorrido por la selva Amazónica. La propuesta del restaurante es una explosión de color, de sabores que guían al paladar por la geografía de una cultura increíble.

El ceviche no solo es un plato, es una experiencia sensorial que captura la esencia de la costa peruana. En Pucará, el ceviche se prepara principalmente con pescado fresco como la corvina y el atún, marinado en una vibrante leche de tigre que realza su sabor con un toque de acidez, picante y ese punto de frescura inconfundible. La leche de tigre es el alma del ceviche y algo tiene de adictiva quizá por su sencillez en la preparación ya que se realiza a base de jugo de limón y lima, ají, ajo, cilantro y pescado fresco.

En la carta se podrán elegir entre diversas interpretaciones del ceviche, cada una de ellas con su propio giro creativo: desde el clásico ceviche de corvina y crujiente de calamar con un fondo repleto de matices cítricos que con un bocado te transporta a una exótica playa peruana. El ceviche de atún nikkei un homenaje a la fusión de cocinas japonesa y peruana o el ceviche de mariscos thai, con sabores más afrutados, leche de coco, curry y ají amarillo. El sorprendente y vibrante ceviche de panceta, que rompe todos los esquemas al combinar los sabores cítricos del ceviche con la texturas tiernas y crocantes de la panceta, sobre un majado de patatas estilo causa limeña y que en un mismo plato pone en valor la cultura de ambos países. O el salpicón de mariscos acevichado con su puntito picante y su colorido rojizo que le dan los ajís traídos desde el mismo Perú.

Además del ceviche, Pucará ofrece una carta variada que invita a los comensales a explorar la rica diversidad culinaria del Perú en un formato siempre ideado para compartir. Desde la costa hasta la sierra, cada plato es una muestra de la cultura y tradición que definen la gastronomía peruana. Este verano, se incorporan a la carta también dos platos que no podían faltar, como son las vieras del pacífico con chimichurri andino y parmesano o el tiradito de salmón nikkei con crujiente de boniato sumándose al mestizaje de una carta variada que bien puede empezar con las dos opciones de croquetas: las de ají de gallina y las de osobuco y tuétano, una verdadera delicia. Para compartir también, el mítico anticucho peruano con corazón de res que aquí se saborea también con pulpo y langostino. No podría faltar las deliciosas causas limeñas que en Pucará se pueden probar con pollo, con langostinos o con pulpo; sus saltados de lomo, mariscos o panceta o sus chaufas con toques ahumados.

Maridajes, el arte de realzar sabores

La carta líquida, ensambla magníficamente con cada uno de los platos. Sabrosos tragos, como el Pisco Sour o el Chilcano, son una opción perfecta para empezar, terminar o para maridar al gusto.

Pero, la complejidad y la diversidad de sabores en la cocina peruana hacen del maridaje un desafío apasionante. En Pucará, la experiencia gastronómica se eleva gracias a la perfecta combinación de platos con una amplia gama de vinos. Los vinos Orange, los espumosos y los variados estilos de Jereces, como Olorosos, Finos y Palo Cortado, se alzan como los más envolventes compañeros para el paladar. Estos vinos no compiten, sino que abrazan la explosión de sabores, realzando cada bocado.

Los ceviches, con su frescura y montaña de sensaciones, encuentran su perfecta compañía en espumosos, especialmente los ancestrales y blancos frescos como albariños, riesling y borgoñas. Estos vinos resaltan la frescura de los platos más ligeros.

Para platos más contundentes como guisos, chaufas o saltados, los tintos con cuerpo y estilos de Jereces como Olorosos y Palo Cortado son la elección ideal. Esta armonía entre plato y vino potencia los sabores, elevando la experiencia culinaria a través de originales armonías.

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