El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, anunciará este jueves en la localidad fronteriza de Elna, en Francia, si es el candidato de Junts a las elecciones al Parlament del próximo 12 de mayo.
Lo hará en una conferencia desde el Ayuntamiento, acompañado de la plana mayor de la formación, y aclara así el cartel electoral de Junts a falta de un mes y medio para los comicios.
Su partido había alimentado estos últimos días la posibilidad de que Puigdemont encabezara la candidatura, y él mismo se mostró convencido de que podría estar en Cataluña para el debate de investidura.
Aunque Puigdemont tenía claro que encabezaría el cartel de las europeas, ha tenido que avanzar algo que planeaba entre las diferentes familias de Junts: la posibilidad de liderar la candidatura en las catalanas y abandonar previsiblemente su idea inicial.
Pese a que la Ley de Amnistía aún no está en vigor, el expresidente puede concurrir a los comicios como ya hizo en las de 2021, cuando lideró la lista de Junts acompañado de la presidenta del partido, Laura Borràs, –número dos– que fue finalmente la candidata efectiva.
Así, Puigdemont puede repetir como candidato, pero la aprobación de la Ley de Amnistía puede abrir el escenario de la posible vuelta del expresidente a Cataluña una vez entre en vigor, lo que diversas voces apuntan que podría producirse en junio o julio.
Esto es lo que ha llevado al expresidente de la Generalitat a manifestar que le haría ilusión estar en el pleno de investidura tras las elecciones catalanas, flirteando así con su posible retorno como ya hicieron los suyos en 2017 y en elecciones posteriores.
Su abogado, Gonzalo Boye, preguntado por la posibilidad de que si gana los comicios y pueda ser investido cruza la frontera sea detenido, reconoció que «es una posibilidad, pero lo que no se va a poder impedir es que sea presidente de la Generalitat».
Los partidos de la oposición ya han empezado a acusar a Junts de presentar la baza de la posible vuelta de Puigdemont como la única que tienen para intentar ganar las elecciones, conscientes de que esto condiciona sus estrategias electorales.
Desde Junts reniegan de ello y quieren plantear las elecciones como un plebiscito entre su figura y la del candidato del PSC, Salvador Illa, dejando en un tercer plano al candidato de ERC, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
ESTRATEGIA
De hecho, la estrategia de Junts pasa por exprimir el denominado ‘efecto Puigdemont’ con el objetivo de recolectar el máximo de votos y superar así a un PSC al que las encuestas sitúan en primer lugar y a una ERC que va por detrás.
A la espera de que el partido explique la campaña que llevarán a cabo, difícilmente el expresidente de la Generalitat podrá hacer campaña de forma presencial porque aún no habrá entrado en vigor la Ley de Amnistía.
En caso de que el expresidente catalán regresara antes de su aplicación, su posible detención puede sacudir la campaña electoral y tergiversar el resultado electoral.
Después de que Junts saliera del Govern en otoño de 2022, el partido también quiere sacar pecho de los réditos logrados en Madrid, tales como el catalán en el Congreso, las reuniones en el extranjero con el PSOE para resolver el conflicto y la Ley de Amnistía, entre otros.
La formación, además, quiere reivindicar el trabajo que ha llevado a cabo el grupo parlamentario en ámbitos como el de la sequía y la educación, y demandas que han hecho en el marco de la negociación presupuestaria, como la eliminación del impuesto de Sucesiones.
SIMBOLISMO DE ELNA
Elna, el municipio en el que Puigdemont desvelará su decisión, rezuma un simbolismo especial para el independentismo por su vinculación con el 1-O, dado que allí se imprimieron millones de papeletas y las urnas se escondieron en un almacén de una localidad cercana.
Además, el municipio ha albergado actos del Consell de la República (CdRep), que lidera el expresidente catalán, así como el que organizó Òmnium Cultural para conmemorar los 60 años de la entidad.
Desde un punto de vista histórico, al final de la Guerra Civil, centenares de mujeres republicanas exiliadas dieron a luz en la Maternidad de Elna, un centro impulsado por la enfermera suiza Elizabeth Eidenbenz.