El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha asegurado que, durante los cinco años que lleva viviendo en Bélgica, ha recibido visitas de miembros del PSOE en diversas ocasiones para generarle «expectativas de un buen trato, vía reforma del código penal y un indulto siempre y cuando accediera a comparecer ante el Supremo».
«Seguro que Pedro Sánchez sabe de qué hablo», ha escrito en una carta de dos páginas que ha compartido vía Twitter recogida por Europa Press este domingo, el día en que cumple cinco años en el extranjero tras el 1-O.
«No he buscado de qué manera pasaría menos años en una cárcel española ni he esperado nunca los beneficios que se aplican a otros. Sobre esta cuestión he sido explicito en público y en privado ante todos los interlocutores que se me han dirigido para proponerme soluciones felices», ha añadido.
DELITO DE SEDICIÓN
En el texto, Puigdemont ha sostenido que no entiende «cual es el beneficio de la reforma del delito de sedición para la resolución del conflicto político entre España y Catalunya», y ha dicho textualmente que aún entiende menos que se le incluya a él entre los beneficiados de la reforma, un beneficio que no quiere y que no piensa pedir de rodillas, en sus palabras.
Ha recalcado que esta reforma no tendría beneficios para el movimiento independentista: «Puedo entender los beneficios que tiene para el Estado español que yo aceptara una resolución basada en la reforma del código penal, pero los beneficios para el ‘procés’ independentista no los veo pro ningún lado».
También ha criticado al PSOE y a ERC por hablar sobre resolver su situación personal en la mesa de diálogo: «Si no se lo he pedido ni autorizado, ¿por qué razón insisten? ¿Qué buscan?», ha planteado.
Ha afirmado que algunos serían felices al verle declarar ante el Tribunal Supremo y que «se desvivirían para que fuera indultado a los tres años de condena», y aunque considera que esto sería un alivio para su vida personal, dice que significaría una renuncia política que no está dispuesto a aceptar.
«CAMPAÑAS SUCIAS, AMENAZAS, ESPIONAJES Y ACOSO»
Puigdemont ha lamentado que durante estos cinco años en el extranjero ha «aguantado todo tipo de campañas sucias, amenazas muy graves, seguimientos, espionajes y acoso familiar».
Todo esto lo achaca al «espíritu del ‘¡a por ellos!’ que decretó el rey español, con la participación de casi todos los partidos políticos españoles y la inmensa mayoría de los medios de comunicación».
Finalmente, ha mostrado su agradecimiento a los que le ha visitado y «trasladado su afecto y apoyo» estos años, especialmente a los exconsellers de la Generalitat Clara Ponsatí, Toni Comín y Lluís Puig, que también residen fuera de España.
Ha asegurado que en este tiempo se ha hecho más resiliente ante las adversidades y que tiene muchas razones, ha dicho, para continuar confrontándose con el Estado, al que ha acusado textualmente de no buscar soluciones y de querer liquidar a Catalunya como nación: «Continuamos; y tanto que continuamos», ha zanjado.