Raphael (Linares, Jaén, 1943) canta ‘Victoria’ (Virgin Music) en todos los sentidos en su nuevo álbum, el número 84 de su carrera, un trabajo producido y compuesto por Pablo López en el que el incombustible artista sigue renovándose y no acomodándose, lo que a su juicio deberían hacer todos los artistas, a pesar de haber alcanzado el éxito.
«He tenido tanto material de éxito que necesito estar espabilado y no dormirme en el éxito, que me pille trabajando», sentencia Raphael en una entrevista concedida a Europa Press con motivo del lanzamiento de su nuevo trabajo este viernes, 18 de noviembre.
Tras sesenta años de una carrera para la que no quiere final, ‘El divo de Linares’ aún se siente nervioso ante las publicaciones, como esta. También cuando tiene que dar conciertos, que, bromea, «es todos los días». «Exponerse a la gente siempre da un poquito de nervios, es una señal de respeto. El que diga que no, miente», apostilla.
En ‘Victoria’, un álbum de concepto, con relato en las once canciones que lo componen, el artista realiza un viaje de agradecimiento. Habla de su victoria, de todo lo que ha conseguido, especialmente en su familia. «Todo donde yo he puesto la mano ha sido victorioso», asevera, para subrayar que su carrera también ha sido «totalmente una victoria», algo que puede decir «tranquilamente» tras décadas de recorrido.
El cantante y compositor Pablo López ha acompañado en esta nueva aventura a Raphael, por petición del propio artista: le dijo que tenía que hacerle un disco tras verlo actuar en un programa. En el álbum, ambos alcanzan la conexión hasta el punto de que el de Linares hace suya una canción ya famosa de López, ‘Lo saben mis zapatos’.
«No he elegido una canción favorita, pero quizás sería ‘Lo saben mis zapatos’, porque he logrado hacer una creación propia de una canción que no está escrita para mí», explica el intérprete de clásicos como ‘Escándalo’, quien se muestra feliz de su compañero en este álbum: «Ha sido fenomenal trabajar con Pablo, es un chico muy de hoy, muy claro».
Precisamente, que fuera una artista «de hoy» ayuda a Raphael a seguir renovándose, algo que ansia y que no puede parar de proponerse. «Uno de los objetivos (del disco) es conquistar un público nuevo, pero eso lo llevo haciendo desde hace 50 años. Yo ya tenía un público fiel y adicto a mí, entonces he tenido que renovarlo, renovarlo y renovarlo, lo que es bastante complicado», señala.
Y es que, el artista, que no se considera «leyenda», asegura que seguirá yendo a por más mientras pueda, una idea que afirma que nunca ha perdido desde que empezase en esta profesión, «la más hermosa que existe». «No he pensado en ningún momento en retirarme», ratifica, para, no obstante, admitir que «de vez en cuando su cuerpo pega una llamada de atención».
Pese a ello, insiste en que el final de un Raphael sobre los escenarios y trabajando en nuevos proyectos musicales llegará solo en el momento en el que haya «una razón muy importante», como que se encuentre realmente mal, especialmente de salud.
El último de los reconocimientos a su longeva carrera llegó el pasado mes de septiembre, cuando recibió el Premio a la Trayectoria Artística en los Latin Billboard. Sobre la importancia de recibir galardones a estas alturas de su camino, dice que ahora tienen más importancia, incluso «más que al principio» porque ahora uno cree que ya no le van a dar nada.
«Es extraño que te premien porque en realidad el público te ha estado premiando todos los días. Van a destiempo», reflexiona, para precisar que los premios deberían llegar cuando el artista «empieza, para apoyarlo».
EUROVISIÓN Y EL MUNDIAL DE CATAR
En sus inicios, Raphael recibió galardones, entre ellos el del Festival de la Canción de Benidorm, el equivalente a lo que en la actualidad es el Benidorm Fest, un certamen que el artista se alegra que se haya impulsado, pero afea que haya sido de forma «tardía». «Tenían que haber continuado en aquellos tiempos, no dejarlo de lado. Ahora es muy difícil remontar aquello», opina.
Lo mismo, incide, le está pasando a Eurovisión, donde representó a España en dos ocasiones, en 1966 y 1967. «Ahora es un festival muy importante, más que antes, pero ya no es un festival de la canción, lo que menos importa es la canción, ahora (lo importante) son las luces, el montaje que le hacen, el traje de la cantante… Todo menos la canción», lamenta.
Esta reflexión, la traslada también a la industria musical en general, donde, a su juicio, «están tan ocupados en montar el espectáculo, que se olvidan de lo principal, que es cantar y componer, que es hacer las cosas bien».
Sobre otro «espectáculo» más de actualidad, se refiere al Mundial de Catar, en el que le parece lógico que artistas como Dua Lipa, Rod Stewart o Shakira se hayan negado a actuar por no respetar el país los derechos humanos. «Yo no hubiera ido nunca hacerlo, pero que lo diga ahora no tiene ningún mérito», destaca al respecto.
Más allá de los debates actuales, y aunque mira al futuro, Raphael se centra en la celebración que supone y se merece ‘Victoria’, más en estos tiempos «de locos» por las crisis y conflictos actuales donde «no se sabe por dónde tirar» y para los que hay que tener «mucha sangre fría», sobre todo para aguantarlos.
Tras el lanzamiento del álbum, el artista iniciará en Sevilla un tour nacional que le llevará también por Bilbao, Granada y Madrid antes de acabar 2022, pero habrá más fechas porque el de Linares, reitera, no piensa parar.