Con un diseño inspirado en el minimalismo japonés, los anillos para pagar de Rikki marcan la última innovación tecnológica en wearables financieros. Tras su lanzamiento en el mercado español a finales de noviembre, este novedoso método de pago presenta un formato verdaderamente cómodo, autónomo y waterproof para el usuario en su vida diaria.
Los anillos Rikki, que vienen en un sofisticado color negro, ofrecen una experiencia de pago segura respaldada por MasterCard, para que el usuario pueda pagar en cualquier tienda del mundo que acepten pagos contactless.
La clave de su funcionamiento está en su autonomía, ya que no necesita estar conectado a internet o un smartphone para validar la operación. Para realizar un pago, es necesario simplemente acercar el dedo al TPV. Rápida y sin complicaciones, es una alternativa para los que anhelan la libertad de dejar la tarjeta y el efectivo en casa.
El uso de los anillos está sincronizado con la app de usuario que, según el plan que se elija, permite añadir varias tarjetas de titularidad del usuario y seleccionar donde cargar el gasto del anillo, cambiar el gasto de una tarjeta a otra, como, por ejemplo, de personal a empresa, o elegir el modo «sin vergüenza» para que nunca se rechace un pago realizado con el anillo.
Así también, los padres de hijos menores de edad pueden crear una tarjeta Junior y asociarla a un anillo para que sus hijos aprendan a gestionar sus finanzas de una manera más fácil. Elena Yorda, CEO de la marca, explica los orígenes y las características diferenciales de los anillos Rikki
¿Cómo surgió la idea para la creación de los anillos de Rikki?
El sector bancario tradicionalmente ha sido, pues esto, tradicional y poco propenso a la innovación. Recuerdo hace años, en mi paso por el IESE, escuchar a altos directivos de la banca española diciendo que el negocio de la banca es el más aburrido del mundo, que siendo negocio de poco márgen, lo único que tenías que cuidar era la cuenta de beneficios.
Y no fue nada raro que en este vacío irrumpieron las fintechs e hicieron cambiar a la banca: altas 100% online, operativa completa desde el móvil, cuentas sin comisiones, intercambio de divisa a bajo coste y un largo etc.
Después entraron ApplePay, GPay, …. y nos permitieron mejorar la experiencia de pago, cambiando las tarjetas por el móvil. Pero al móvil le pasa un poco como a la tele: en el inicio nos parece el “no va más” pero poco a poco empieza a cansar: la intrusión, el cuidar la recarga, el ruido mental que genera.. Lo que yo estaba necesitando era un medio de pago “silencioso”, siempre disponible, discreto. Algo que no te hacía rebuscar el bolso, ni te obligaba abrir la cartera y lucir las múltiples tarjetas. Algo bonito, cómodo y muy discreto. Así surgió la idea de Rikki.
¿Por qué se decidió materializar esta idea en forma de anillo?
La verdad es que habíamos empezado a desarrollar la idea en forma de pulsera y es algo que todavía creemos que tiene su mercado. Pero el anillo nos resultó más cómodo, especialmente a la hora de hacer el pago. Lo tienes siempre puesto, el gesto de acercarlo al datáfono es muy natural y es dificilísimo que te lo roben o que hagan un cobro “accidental”.
¿Qué ventajas aportan al usuario?
Es discreto, minimalista, resistente al agua y tiene mucho estilo. Imagínate el verano en la playa, salir del mar e ir directamente al chiringuito a tomarte algo solo con el bañador puesto.
Bromas aparte, el anillo te aporta mucha comodidad y la más alta seguridad bancaria. Está certificado tanto por MasterCard como por Visa y tiene código PIN para compras superiores.
Así, Rikki se establece como una propuesta para revolucionar los métodos de pago con una idea innovadora, cómoda y versátil.