El Real Madrid superó (1-2) este sábado al Sevilla en la penúltima jornada de LaLiga Santander celebrada en el Ramón Sánchez-Pizjuán, gracias a una seria segunda mitad y un doblete de Rodrygo, decisivo como ante el Rayo, para mantener el pulso a la competición a pesar de que solo lucha por ser segundo.
El cuadro blanco, más cerca de atar ese subcampeonato en lucha con el Atlético de Madrid, estuvo a merced de los locales en el primer tiempo. Sin Benzema ni Vinícius, el brasileño firmó los tres puntos como ante el Rayo Vallecano hace tres días. Los de José Luis Mendilibar, a cuatro días de la séptima final de la Liga Europa del club, se adelantaron a los tres minutos por medio de Rafa Mir y navegaron a favor de corriente.
El Sevilla, intratable con el técnico vasco los últimos dos meses, apretó a un Madrid que logró el empate a la media hora en una falta directa de Rodrygo. El brasileño acertó ante un Bono despistado, pero el Sevilla siguió mejor y perdonó. Lamela tuvo un par de buenas ocasiones, una al palo, Mir también acechó y la imagen de los blancos no fue la mejor en Nervión.
La presión y el robo de los de ‘Mendi’ agobió mucho a los de Ancelotti, con otra ocasión de Mir en la reanudación, y el técnico italiano buscó respuestas en el segundo tiempo con Camavinga. El francés dio superioridad en el centro del campo a los visitantes, mientras Ceballos abandonaba la posición de extremo para entrar más en juego. Con todo, el Madrid castigó a la contra.
En una falta a favor del Sevilla, el cuadro blanco montó la salida en tromba y Rodrygo finalizó con calidad suprema, bailando a Montiel en carrera (1-2). A partir de ahí, el Madrid sí que quiso control de balón, con un final que apuntaba a tranquilo. Sin embargo, Acuña se pasó de frenada y vio la roja directa.
El argentino se llevó por delante a un Ceballos que, con pasado bético, se ganó la ira de la afición local. El partido terminó con intensidad y dureza, demostrando ambos equipos a sus entrenadores que no se relajan pese a que esté casi todo el pescado vendido. Ancelotti, contento con la reacción de los suyos y Mendilibar, pensando en la final de la Liga Europa contra la Roma.
