Una pareja paquistaní se ha quitado la vida envenenándose después de que las familias no les permitieran continuar con su relación.
Como Romeo y Julieta en la obra de William Shakespeare, Adnan y Muqaddas fueron encontrados por la policía en “estado crítico de envenenamiento” en una vivienda de Faisalabad, el pasado domingo.
La pareja, que habrían ingerido veneno durante la celebración de la boda de Muqaddas, fue llevada de emergencia a un hospital, pero fueron declarados muertos. Ambos decidieron suicidarse después de que la mujer fuese prometida en matrimonio con otro hombre.
Adnan obtuvo la negativa cuando solicitó a la familia de Muqadda contraer matrimonio con su hija, por lo que optó por cortar de raíz su vida y la de su amada.
En Pakistán los matrimonios arreglados por la familia son una tradición común, ya que la mayoría elige con quién se van a casar sus hijos teniendo en cuenta la clase, etnia, religión y estatus socioeconómico.
“En los matrimonios debería haber compatibilidad emocional, algo muy básico a lo que todos tenemos derecho. La pareja debe, ante todo, gustarse”, dijo el psiquiatra Abdul Wahab Yousafzai de Islamabad.
“En nuestra sociedad el matrimonio en sí es un factor de riesgo para la salud mental”, agregó.
El 85% de los paquistaníes reconocieron haber conocido a su pareja mediante un matrimonio arreglado, mientras que el 5% dijo que se casó por amor, según una encuesta de Gallup en 2019.
“Atribuir el suicidio solo a las historias de amor y los cuentos de hadas es una idealización indirecta. Exponer constantemente a las personas a noticias que dicen cosas como ‘fulano de tal se suicidó después de haber sido rechazado por su amante’, puede ser muy peligroso”, explicó Yousafzai.