El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, presentará su dimisión este viernes durante la Asamblea General Extraordinaria prevista en Las Rozas (Madrid), según le ha comunicado este jueves a su círculo más cercano, tras las múltiples reprimendas recibidas los últimos días por haber besado sin permiso a la jugadora Jenni Hermoso en la entrega de trofeos del Mundial femenino.
Así, Rubiales dimitirá de su cargo presidencial en una Asamblea que empezará a las 12.00 horas en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Tras las ingentes presiones sobre el presidente de la RFEF por ese beso, por ciertos actos obscenos durante la final del Mundial y sus posteriores disculpas en un vídeo polémico, tanto la cadena COPE como la SER y otros muchos medios deportivos han constatado que Rubiales zanjará con una dimisión su mandato de más de cinco años.
El 17 de mayo de 2018, Rubiales fue elegido por amplia mayoría como nuevo presidente de la RFEF, ganando en las elecciones a su oponente Juan Luis Larrea por 80 votos a 56. Dejando atrás su etapa como exfutbolista, recordada sobre todo por militar en el Levante UD, el expresidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) cambió ahí la jefatura del sindicato mayoritario por la de la patronal federativa.
Rubiales tenía entonces 40 años y tomó las riendas de la RFEF hasta el 21 de septiembre de 2020, fecha de conclusión para un mandato que ya nacía complicado. Aquello se debía a la inhabilitación definitiva que se le impuso a finales de 2017 al exmandatario Ángel María Villar, detenido en julio de ese año por su implicación en la ‘Operación Soule’.
El propio Juan Luis Larrea ejerció varios meses como presidente interino, pero perdió los comicios ante un Rubiales que se había granjeado el apoyo de las Federaciones Territoriales más importantes. Desde la cúpula de la AFE, con actitudes ahora criticadas por su excompañera de trabajo Tamara Ramos, Rubiales fraguó el salto a la RFEF y con ello abanderó varias revoluciones a nivel institucional.
Prometió una remodelación profunda del fútbol amateur, aparejada a un cambio de formato en la Copa del Rey; reclamó el mando completo de la RFEF en las competiciones del fútbol sala nacional y, por encima de todo, enfocó el esfuerzo de su gabinete hacia la profesionalización del fútbol femenino para mejorar el impacto económico y deportivo por igual.
Sin embargo, esos pilares de legislatura han acabado por tambalearse y parece que, salvo enorme sorpresa, le costarán el puesto este mismo viernes debido a un cúmulo reiterado de mala praxis. Por un lado están las medidas legales interpuestas por la RFEF contra Tamara Ramos, después de que ésta acusase a Rubiales de perpetrarle «humillaciones» cuando ambos coincidieron trabajando en la AFE.
PROLIFERACIÓN DE CRÍTICAS EN TIEMPO RÉCORD
Estas afirmaciones de la actual gerente del sindicato Futbolistas ON, descritas como «gravísimas y falsas» por parte de la RFEF, se han unido a testimonios similares a lo largo de esta semana. Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F, ha tildado de «grosera y machista» la actitud de Rubiales hacia ella en algunas reuniones de trabajo.
En este sentido, se han producido en cascada los reproches al aún presidente de las RFEF por parte de máximos mandatarios del ámbito cultural, deportivo y especialmente político. El mismísimo Pedro Sánchez afeó las disculpas de Rubiales en su vídeo, solo 24 horas antes de que el presidente del Gobierno recibiera a las integrantes de la selección femenina que el pasado 20 de agosto conquistó el Mundial.
La vicepresidente segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, han sido las voces femeninas más discordantes en el seno de un Gobierno todavía en funciones. Pero tampoco han faltado críticas de Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz gubernamental; de María Jesús Montero, ministra de Hacienda; de Pilar Alegría, portavoz del PSOE, ni de Cuca Gamarra, secretaria general del PP.
Mientras tanto el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, ha instado a que durante la Asamblea Extraordinaria haya «un gesto claro e inequívoco de rechazo» a Rubiales. También ha anunciado que el Consejo Superior de Deporte (CSD) llevará ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) la actuación de Rubiales durante la final mundialista.
EL CSD, EN ALERTA PARA ENTRAR EN ACCIÓN
Esto va en línea con lo ya expresado por el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, en distintas entrevistas a raíz de que Rubiales se agarrase los testículos desde su posición en el palco en señal de victoria por el título de la selección española; y, cómo no, a raíz del beso dado sin permiso a Hermoso, que a la postre ha generado la gran bola de nieve en contra de la RFEF.
Los habituales apoyos al presidente de la RFEF se han diluido en las últimas horas, con la estocada hecha desde la FIFA ya que su Comisión Disciplinaria va a abrirle un «procedimiento disciplinario». La guinda ha llegado este jueves, primero con la noticia de que la Federación Vasca no acudirá a la Asamblea Extraordinaria, y más tarde con el presidente de la Federación Extremeña, Pedro Rocha, postulándose como máximo dirigente de la Junta Gestora que releve a Rubiales.
Por último, el Cádiz CF se ha sumado públicamente a la lista de ausentes junto al Real Zaragoza; igualmente Real Sociedad, Atlético de Madrid, Real Madrid, Girona FC, Deportivo Alavés, UD Las Palmas, SD Eibar, Elche CF, CD Tenerife y Real Sporting, entre otros clubes, se han mostrado disconformes, en boca de dirigentes o entrenadores, con el comportamiento de Rubiales y con su gestión de la crisis.