Rusia tilda de «buena» su relación con España a pesar de acusar al Gobierno de «contribuir» en la escalada

Redacción

El embajador de Rusia en España, Yuri Korchagin, ha calificado este jueves de «normal, buena y mutuamente ventajosa» la relación de Moscú con Madrid, a pesar de que la legación ha acusado al Gobierno de Pedro Sánchez de «contribuir» en la escalada de tensión en la frontera con Ucrania.

En un encuentro con la prensa, Korchagin ha matizado que el diálogo con las autoridades españolas es «constructivo» y ha precisado que no ha trasladado ningún tipo de protesta al Ministerio de Exteriores, después de que la Embajada expresara a través de su cuenta oficial en la red social Twitter que «España se distingue especialmente por su deseo de contribuir» en el aumento de la presencia militar de la OTAN en las fronteras con el país euroasiático, «como señalan los expertos».

El representante de Moscú en Madrid ha detallado que Rusia «respeta» las obligaciones de España como miembro de la Unión Europea (UE), la OTAN y en el exterior, aunque esta circunstancia no quita que Rusia «comparta esos conceptos». De forma paralela, Korchagin ha recordado que España también tiene «obligaciones» adquiridas en base a la relación bilateral con Rusia y con sus países vecinos.

Asimismo, ha aludido a las consecuencias que unas hipotéticas sanciones impuestas contra Rusia a cuenta de una invasión en Ucrania tendrían sobre la relación comercial que mantiene con España y ha recordado que los castigos aplicados por la UE en 2014 conllevaron la pérdida de más de 785 millones de euros en 2015 por el veto ruso a los alimentos españoles.

No obstante, ha trasladado su «esperanza» de que la relación comercial y económica entre Rusia y España no se vea «afectada» y ha señalado que está «seguro» de que el empresariado de ambos países encontrará un «interés común» para no perjudicar «el rendimiento de esta asociación mutuamente ventajosa».

Korchagin ha arremetido contra medidas como las sanciones, que ha tildado de «medidas unilaterales destructivas y represivas», y ha puesto el foco en que este mecanismo «al final va en detrimento del pueblo» y hace «sufrir» a la «gente común». Además, ha encuadrado las amenazas sobre sanciones dentro del «clima de tensión» que rodea al despliegue de efectivos rusos cerca de la frontera con Ucrania.

En este sentido, el embajador ruso ha defendido que el despliegue de tropas rusas «no está cerca» de la frontera con su país vecino, sino a 300 kilómetros, y ha insistido en que Moscú «no tiene ninguna intención de atacar a Ucrania». «Las tropas se pueden mover por el territorio ruso libremente (…) están a cientos de kilómetros», ha aseverado.

«La imagen que estamos viendo todos es de una tremenda tensión, una crisis profundísima y una amenaza inminente, una especie de bulo que se infla con intención de crear pánico, de que estamos al umbral de la guerra, pero no es así», ha explicado, remarcando que el «escenario informativo por desgracia no ayuda al diálogo».

Así, ha calificado de «‘fake news’ –noticias falsas–» la acumulación de tropas cerca de la frontera con Ucrania y ha señalado que «ni se menciona que Ucrania ha acumulado 150.000 soldados en las fronteras del este». Según Korchagin, «lo que está pasando» es un «reforzamiento» de la estructura de la fuerza militar de la OTAN en las fronteras con Rusia, algo que Moscú ha calificado repetidamente de «amenaza».

El representante de Rusia ha recordado que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó el miércoles el envío de más militares al este de Europa, un gesto de apoyo a sus aliados, y ha repetido las palabras del viceministro de Exteriores ruso, Alexander Grushko, que calificó la decisión de «destructiva». «Para mí, la OTAN muestra lo mismo que estamos tratando de disminuir: el espíritu beligerante», ha insistido, destacando que «las tropas rusas no están en Ucrania, pero las de la OTAN sí».

UCRANIA, «PAÍS SOBERANO»

Además, Korchagin ha defendido que Ucrania es un «país soberano» –algo «presente» en el discurso ruso– y ha sostenido que «la seguridad europea es un tema de suma importancia», por lo que ha lamentado «limitar este asunto» únicamente a Kiev.

En este sentido, ha reiterado las demandas rusas de seguridad, que se ha «deteriorado drásticamente debido a las numerosas oleadas de expansión de la OTAN, que han permitido a la Alianza avanzar significativamente hasta las fronteras de Rusia y aglutinar las capacidades militares de los nuevos Estados miembro».

«Han sido enterradas en el olvido las promesas de no expandir el bloque más allá del río Óder, dadas por los colegas occidentales de Rusia a principios de los años 90», ha continuado, destacando también que «en los documentos doctrinales» de la Alianza «ya se define a Rusia como una especie de enemigo al cual hay que contener».

Korchagin ha insistido en que los documentos clave de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) prevén el derecho de cada Estado de elegir o cambiar libremente sus acuerdos de seguridad, así como sus tratados de alianza, y su deber de respetar los derechos de los demás Estados y no fortalecer su propia seguridad a expensas de la de otros Estados.

Así, ha defendido el proyecto de seguridad que Rusia presentó a Estados Unidos y la OTAN para «fijar por escrito las garantías de seguridad de las fronteras occidentales de Rusia» y que «sean de carácter jurídicamente vinculante y duradero», pero ha reiterado que ambos no han tenido una «reacción positiva» a los «asuntos principales» en la respuesta enviada a finales de enero: no ampliar la OTAN hacia el este, no desplegar sistemas de armamento ofensivos en las fronteras con Rusia y volver a la configuración de fuerzas e infraestructuras del momento de la firma del Acta Fundacional Rusia – OTAN de 1997.

Por ello, los próximos pasos dependen de la respuesta a la carta que el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha enviado a los países miembros de la OTAN y de la OSCE, en la que les consulta «si siguen fieles a sus obligaciones a la seguridad indivisible».

Korchagin ha precisado que Moscú busca una respuesta individual de cada país. En el caso de España, el representante ruso ha especificado que la respuesta en cuestión aún no ha sido recibida, pero lo ha atribuido a una «razón de tiempo», ya que la carta se ha enviado recientemente. Respecto a la respuesta, ha especificado que Rusia espera que sea «oportuna» y «no se demorará».

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