Para garantizar la supervivencia de las especies, entre ellas las del ser humano, la biodiversidad es un factor clave.
La OMS advierte de los peligros de la extinción de los animales, pues son fundamentales para garantizar alimento, pero también para evitar la proliferación de pandemias. En la naturaleza, todo está interconectado, por ello, se debe salvaguardar la mayor variedad posible de seres vivos. Entre los factores que ayudan a proteger la diversidad de especies, la producción de sal marina ecológica es muy destacable y, muchas veces, desconocida. Por ello, es interesante conocer cómo estos humedales estimulan la variedad de aves, peces, plantas, insectos, crustáceos, reptiles y microorganismos que en ellos habitan.
En España, un ejemplo de salina marina sostenible es Bras del Port, pionera en la certificación de sal marina como ecológica, identificada con el reconocido distintivo de la Eurohoja. Este productor de sal marina está enclavado en un paraje de alto valor ecológico, el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, en Alicante.
Las salinas marinas y su contribución a la biodiversidad
La sal marina ecológica se produce en un circuito de lagunas de agua de mar de gran extensión y poca profundidad. Con la acción del viento y del sol, el agua se va evaporando lentamente y acumulando salinidad, hasta que cristaliza la sal en la superficie y cae al fondo, formando una capa que será recolectada hacia el final del verano. Tanto la materia prima como las fuentes de energía son naturaleza en estado puro: agua del mar, sol y viento. Desde Bras del Port describen este proceso de una manera un tanto poética: «Una gota que entra en nuestras salinas se convierte, a lo largo de un año, en una pizca de sal».
La conservación de estas capas de agua salada durante todo un año han logrado consolidar, a lo largo de varias décadas, un ecosistema que es el hogar ideal de centenares de seres. Es destacable la abundante avifauna, encabezada por la especie más emblemática: el flamenco. Un animal imponente y elegante que encuentra en estas lagunas un espacio natural para su alimentación, cobijo durante las rutas migratorias y crianza.
Esta perfecta simbiosis industria-naturaleza se da en las salinas marinas de Bras del Port, un entorno natural con más de 2.500 hectáreas de extensión de incalculable valor ambiental, como prueban su inclusión en el listado internacional de RAMSAR (de humedales de gran relevancia internacional), así como su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), dentro del catálogo de la Unión Europea.
Sal marina ecológica con más de un siglo de tradición e innovación
La salinera Bras del Port se ha consolidado como una empresa referente en el sector que, desde 1.900 hasta la actualidad, ha contribuido a la preservación de la biodiversidad con su sal marina. Un condimento sostenible que realza el sabor de todo tipo de alimentos mientras contribuye al cuidado del medioambiente.
La empresa ofrece una amplia variedad de sales marinas ecológicas, tanto para la industria alimentaria, la restauración y el consumo en el hogar. Cristales de sal que destacan por sus propiedades organolépticas y su elevada calidad.
Bras del Port también se ha especializado en innovaciones pensadas para los paladares más exigentes, como su sal marina en escamas o su espuma de sal marina.
Por sus propiedades organolépticas, su sostenibilidad y su apoyo a la biodiversidad, la sal marina ecológica, se convierte en la mejor opción para potenciar el sabor de los alimentos.