El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha afirmado este martes que ha sido víctima de lawfare, es decir de guerra sucia judicial, mientras estaba en la oposición cuando su entorno familiar fue objeto de «espionaje» por parte de la llamada ‘policía patriótica’ en el año 2014, según ha indicado, aunque en todo caso dice que esas prácticas terminaron cuando él llegó a La Moncloa y por tanto sigue confiando en la Justicia.
«Que yo he sufrido lawfare en el pasado, sin duda alguna», ha afirmado Sánchez en una entrevista en Cadena SER, que ha sido recogida por Europa Press, al día siguiente de que anunciara que continuaba como presidente del Gobierno después de cinco días pensando si dimitía.
Sánchez considera que a partir de ahora tiene que haber un «punto y aparte» en cuanto a la «regeneración democrática» y se ha quejado de que lleva una década sufriendo una campaña de acoso y derribo junto a su mujer, Begoña Gómez.
El presidente señala por tanto que ha sufrido lawfare y se refiere a unos audios publicados recientemente en los que el comisario José Manuel Villarejo y el entonces número dos del Ministerio del Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy (PP), Francisco Martínez hablan sobre su suegro y sus negocios.
«Yo he sido objeto de espionaje por parte de la mal llamada policía patriótica del señor Rajoy en el año 2014, cuando yo fui elegido secretario general del Partido Socialista», ha indicado Sánchez, que sin embargo considera que esas prácticas terminaron cuando él llegó a la Presidencia del Gobierno en el año 2018.
Dice que a partir de la moción de censura que sacó del Gobierno a Rajoy en ese año, esas «malas praxis» desaparecieron y por tanto ya no existe la ‘polícía patriótica’. «Todas esas conductas ahora mismo están judicializadas y espero que no haya impunidad y que haya justicia», señala. Además considera lamentable que desde el PP no le hayan pedido perdón y hayan reconocido que cometieron «un error».
TIENE SU OPINIÓN, PERO ES PRESIDENTE
Respecto a si considera que existe lawfare en el caso que afecta a su mujer –en concreto la admisión de una denuncia contra ella por parte de un juez– y que ha desencadenado la última crisis y el retiro de Sánchez de la vida pública durante cinco días dice: «Como persona puedo tener mi opinión sobre esto, pero soy presidente del Gobierno de España».
Sánchez insiste en que en España existe un sistema garantista y por tanto confía en la Justicia pero muestra su rechazo a que se haya admitido a trámite la denuncia contra su esposa cuando la propia organización que la presentó, Manos Limpias, dijo que si las informaciones en las que se basaba eran falsas, eso tendrían que explicarlo los medios que las publicaron y no ellos.
Defiende además que actúa ante la corrupción –«y lo he sufrido en mi administración con este llamado caso Koldo», señala– con la máxima determinación, no acepta la impunidad y quiere que quien haya hecho algo lo pague.