Santa Adela

Redacción

Nace en el año 931 en la península Itálica, y el destino le lleva a convertirse en emperatriz, casada con el rey Lotario. Ya madre, queda viuda con dieciocho años. En su segundo matrimonio, también regio, sufre la cárcel y el destierro.

Regente emperatriz, retoma funciones de mando en tiempos de Otón III. Ahora muestra con sus obras lo muerta que estaba para sí misma y que la anterior piedad, la de toda su vida, fue un asunto sincero. La emperatriz se dedica a hacer el bien. Protege, socorre y consuela a los necesitados. Considera el poder como una carga para ella y un servicio para el bien del pueblo. No es injusta, ni vengativa con quienes le injuriaron en tiempo pretérito. Muestra esmero infatigable en las tareas de gobierno. Reza, se mortifica y expía por los pecados de su pueblo.

Muere a las puertas del segundo milenio, en el año 999.

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