SCHiM análisis – Solo puedes pisar sombras

Andrea Moncada

SCHiM es un título indie que se presentó por última vez en el Nintendo Indie World de abril. Se estrena de la mano de Ewoud van der Werf y Nils Slijkerman. Se publica por Extra Nice y PLAYISM el próximo 18 de julio de 2024 y se estrena para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S Nintendo Switch y PC.

Primero, tendremos que entender qué es un Schim. Se trata del espíritu de un objeto o ser vivo, digamos que es algo así como su alma. Todo lo que hay en el mundo tiene uno, pero los Schim no pueden separarse del elemento al que pertenecen. Este es el principio del juego, nuestro Schim protagonista se ve separado de su humano y debemos reencontrarnos con él. Los Schims presentan un aspecto similar al de una rana, de la que solo apreciamos los dos ojos cuando no está en movimiento. Los hay de múltiples tamaños y depende en muchos casos, del tamaño del objeto al que pertenece la sombra.

SCHiM ES LA SOMBRA DEL ALMA

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Para cumplir con nuestro objetivo de reencontrarnos con el humano al que pertenecemos, volveremos a uno de los juegos infantiles más habituales del verano. Solo podemos pisar sombras y debemos ser muy creativos para llegar del punto A al punto B sin quedarnos fuera de la oscuridad. Durante el recorrido por los niveles, en SCHiM tendremos que buscar caminos alternativos o una forma de crear nuevas sombras para usarlas como camino. Por el camino, encontraremos más Schims, algunos ligados a objetos, plantas o animales. Otros, necesitarán nuestra ayuda para llegar a su objetivo y recuperar su lugar de pertenencia. Por esto último, encontraremos por el juego objetos como osos de peluche o mochilas que pertenecen a otros Schims.

SCHiM es un juego de plataformas y aventuras en 3D, donde nuestro personaje podrá mover la cámara a diferentes ángulos para buscar nuevas sombras. Además, tendremos la opción de interactuar con los objetos, o seres vivos en los que estamos escondidos en su sombra. En algunas ocasiones provocaremos una reacción en una persona, o haremos rebotar una pelota. Mientras que en otras, podremos cambiar un semáforo de rojo a verde, y viceversa. Los controles nos permitirán además un doble salto para alcanzar distancias largas. No obstante, si tras dos saltos quedamos fuera de las sombras, volveremos a la última en la que estuvimos.

NARRATIVA INNOVADORA Y CAUTIVADORA

Contrario a lo que podríamos esperar de un plataformas en el que no existe ningún tipo de diálogo o actuación de voz, tenemos historia. SCHiM presenta una narrativa muda bastante conseguida, en la que partimos del crecimiento de nuestro humano, hasta nuestra separación de él. El principio del juego empieza con el humano de niño, jugando con otros en el parque, y desemboca en la edad adulta y etapa laboral. Tras una mala temporada en su vida, este huirá a casa y nos dejará abandonados, por lo que nuestro objetivo será llegar hasta él.

Las imágenes son bastante sencillas y limpias, gracias a niveles monocromáticos minimalistas. Las combinaciones de colores aportan información como los momentos del día o estaciones del año. Sin embargo, en líneas generales los fondos son en colores crudos. La elección estilística es atractiva ya que juega espectacularmente con luces y sombras. Cada nivel tiene un color diferente que se usa en todo el entorno, transmitiendo una emoción específica ligada al punto actual de la historia. El apartado sonoro es sencillo, acompañando la limpieza de su estética, y el juego tiene la interfaz completamente traducida al castellano.

En definitiva, SCHiM es una sorpresa. Me interesó por el concepto de juego de sombras y el estilo semi plataformero. Sin embargo, la historia y la narrativa muda han tenido mucho más peso del esperado. Se trata de una gran sorpresa como juego indie, con una jugabilidad diferente y fluida, que promete mucho entretenimiento.

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