El 17 de noviembre de 1970, hace ahora medio siglo, la estación espacial automática de la Unión Soviética ‘Luna-17″ descendió suavemente sobre la superficie del satélite natural de la Tierra.
Tras la primera sesión de radio y la transmisión de una foto y un panorama televisivo del terreno circundante, la plataforma de aterrizaje desplegó una rampa, a lo largo de la cual un aparato sobre ocho ruedas se deslizó sobre el polvoriento suelo rocoso.
Así es como comenzó la misión de Lunokhod-1: el primer laboratorio científico móvil controlado a distancia del mundo para el estudio de la Luna.
En el marco del programa lunar soviético, el proyecto de un aparato para moverse en la superficie de otro planeta fue desarrollado por especialistas de la Oficina de Diseño Especial No. 1 (OKB-1) bajo el liderazgo del célebre Serguei Korolev.
Según el plan inicial, el vehículo autopropulsado debía investigar el área del próximo aterrizaje de cosmonautas en la luna en un modo de control remoto y luego desempeñar el papel de una radiobaliza para controlar el aterrizaje de una nave espacial tripulada del proyecto N1-L3. Sin embargo, después de la revisión del programa, Lunokhod fue reorientado para el trabajo de investigación no tripulado en la superficie de un satélite natural de la Tierra.
Se le encomendó la tarea de recopilar información de forma remota para estudiar las características de la superficie lunar, la radiación cósmica radioactiva y de rayos X, la composición química y las propiedades físicas del suelo lunar, informa Roscomos.
En ausencia de computadoras potentes y compactas, el Lunokhod fue controlado desde la Tierra a través de un canal de radio. Tenía cámaras de televisión que transmitían imágenes de la superficie circundante al Centro de Control de la Misión. El vehículo estaba controlado por varias tripulaciones de tierra de reemplazo, que consistían en el comandante, el conductor, el ingeniero de vuelo, el navegador y el operador de apuntamiento de la antena. El conductor controlaba el movimiento, el navegador realizaba los cálculos de navegación, el ingeniero de vuelo supervisaba el estado del equipo y el operador de la antena supervisaba su orientación correcta. La gestión general estuvo a cargo del comandante, quien tomó decisiones en base a los mensajes de los miembros del equipo.
El primer Lunokhod funcionó hasta el 30 de septiembre de 1971, que fue tres meses más de lo planeado. Durante 301 días 6 horas 37 minutos, el dispositivo recorrió una distancia de 10.540 metros en la superficie lunar, examinando un área de 80.000 metros cuadrados, habiendo completado 537 ciclos de determinación de las propiedades físicas y mecánicas de la superficie y realizando un análisis químico del suelo lunar en 25 puntos. Se transmitieron a la Tierra 211 panoramas lunares y 25.000 imágenes.