El Hospital Vall d’Hebron de Barcelona diagnosticó en octubre de 1981 el primer caso de sida en España, un paciente de 35 años que ingresó con una historia corta de dolor de cabeza persistente, lesiones de color púrpura y Sarcoma de Kaposi.
El Sarcoma de Kaposi es un tipo de cáncer de piel provocado por un herpes virus, una enfermedad «oportunista» que aparece cuando el sistema inmunitario está en baja forma y que pronto se asoció al VIH, informa el hospital en un comunicado.
Para llegar al diagnóstico, se le hizo un escáner y el equipo médico identificó un tumor de tres centímetros en el cerebro que se interpretó como una metástasis, lo operaron de urgencia, pero cuatro días después de la intervención el paciente murió.
Entonces, todavía no se había bautizado la enfermedad como Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida: todavía pasarían dos años para que en 1983, el virólogo francés Luc Montagnier, del Instituto Pasteur de París y Premio Nobel de Medicina 2008, aislara e identificara el virus.
La jefa del grupo de investigación en Epidemiología y Salud Pública del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), Magda Campins, recuerda que los primeros casos se detectaron en hombres que tienen sexo con hombres, pero la enfermedad no tardó en aparecer en pacientes con hemofilia o adicciones a las drogas y no solo hombres, también en mujeres, niños y niñas.
En 40 años, el sida se ha cobrado la vida de 35 millones de personas, cada año se infectan 1,5 millones de personas y 38 millones conviven con el virus; en España se calcula que hay 3.000 nuevas infecciones anuales y 150.000 enfermos.
TRATAMIENTOS
Para el hospital todavía quedan «retos»: el primero es curar el sida; el segundo, diagnosticar la enfermedad a las personas que no saben que están infectadas; y, el tercero, la prevención.
Gracias a los tratamientos es una enfermedad crónica, pero todavía mueren 690.000 personas cada año en países en vías de desarrollo: hay fármacos preventivos como la PrEP que evitan el contagio –se administran moléculas antirretrovirales a personas con probabilidades de infectarse– que no son accesibles en estos países.
Para curar el sida, hay dos vías «mayoritarias» de investigación: conseguir una vacuna preventiva o nuevas estrategias de tratamiento que permitan eliminar el virus