Se reanuda el juicio contra Daniel Sancho

Redacción

Este miércoles 17 de abril se reanuda el juicio a Daniel Sancho después de un parón a causa del Año Nuevo tailandés. El joven español, que será juzgado por el asesinato y desmembramiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, se volverá a ver las caras con un juez de lo más severo que podría condenarle a cadena perpetua o pena de muerte en el caso de que se demuestre que existió premeditación a la hora de perpetrar el macabro crimen en la isla de Koh Phangan.

A lo largo de la primera semana de litigio, el hijo de Silvia Bronchalo y Rodolfo Sancho “montó un show”, tal y como aseguran algunas de las personas que estuvieron presentes en la sala de la corte provincial de Samui. “Daniel tiene una actitud muy desafiante y el ambiente allí era muy denso. Parece que vive en un mundo paralelo que no tiene límites (…) Se levanta, arrastra las cadenas y empieza a hacer preguntas sinsentido”, añaden en declaraciones recogidas por El Mundo.

Esta “actitud muy desafiante” provocó que el magistrado tuviera que darle varios toques de atención al acusado durante varias de las sesiones. Según el togado, Daniel Sancho no paró de realizar “preguntas impertinentes” a los testigos citados durante las primeras sesiones. Desde el programa ‘Vamos a ver’ aseguran que el español, cansado de cómo se maneja su abogado tailandés, ha decidido tomar su propia defensa haciendo caso omiso a lo pautado previamente.

Una información que coincide con la ofrecida por la jurista Bea de Vicente en laSexta. La también criminóloga ha desvelado en el espacio ‘Más vale tarde’ la breve conversación que pudo mantener con Daniel Sancho en la corte provincial de Samui. Cabe recordar que la colaboradora ha sido la única persona ajena al proceso que pudo acceder al interior de la sala donde se está juzgando al hijo del protagonista de ‘Mar de plástico’.

Bea de Vicente pudo hablar con el acusado alrededor de 15 minutos. Una charla donde vio a un chico “abandonado a su suerte” por lo que no dudó en ofrecerle varios consejos, entre ellos, el de que empiece “a valorar el peor escenario posible”, es decir, la pena capital. Ante esto, el cocinero asintió “con entereza absoluta, como el hombre que acepta su destino”.

La criminóloga, consternada por la situación, le pidió “por favor” que “llegase a un acuerdo” con la otra parte para evitar ese fatal desenlace para el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo. De esta manera, Daniel Sancho, según Bea de Vicente, podría “estar en casa en ocho años”. Unos consejos que el joven recibió con “mirada empática”.

Asimismo, el acusado aprovechó la conversación para desahogarse sobre las supuestas irregularidades que se estarían produciendo en el juicio. Daniel Sancho se muestra muy disconforme tanto con la traductora que le han puesto como con el abogado de oficio, de origen tailandés tal y como recogen las leyes del país asiático. “El inicio de la traducción es una locura. No traduce rápido y no me entero de nada”, dice el joven.

“El abogado tailandés muestra indiferencia. Yo no sabía que los abogados meditaban”, apostilla haciendo referencia a una de las sesiones en las que el jurista se quedó dormido. “Es de pastel (…) Esto no es justicia”, añade. “Está muy cabreado con el juez y sus abogados. Se tiene que agarrar las cadenas con las que tiene que andar. Le puede la desesperación”, concluye Bea de Vicente.

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