La editorial SineQuaNon, del grupo Penguin Random House, ha reeditado el libro cómic ‘Deportado 4443′ que crearon el dibujante Ioannes Ensis y el periodista Carlos Hernández de Miguel sobre los españoles que estuvieron en campos de concentración nazis. Lo harán por el 77º aniversario de la liberación de Auschwitz, coincidiendo con el Día del Holocausto, el próximo 27 de enero.
El libro surgió después de que, en el primer semestre de 2015, más de 50.000 internautas siguieran con emoción el relato en Twitter de Antonio Hernández Marín, ‘@deportado4443’, un prisionero español que tuiteó, minuto a minuto, como era la vida y la muerte en un campo de concentración nazi.
“A través de su relato conocimos la tragedia olvidada de los más de 9.300 españoles que sufrieron el peor de los infiernos creado por el ser humano: los campos de la muerte de Hitler”, explicaron desde la editorial, resaltando que dos tercios de ellos, 5.500 hombres y mujeres, nacidos en ciudades y pueblos esparcidos por toda la geografía española, perecieron entre las alambradas de Buchenwald, Dachau o Auschwitz y, especialmente, Mauthausen.
Aquella iniciativa, que constituyó un verdadero fenómeno en las redes sociales, se convirtió en 2017 en un libro cómic, publicado por Ediciones B que se agotó a las pocas semanas de su lanzamiento. Y, de hecho, a pesar de haberse impreso más de 5.000 ejemplares en dos ediciones, la obra desapareció́ rápidamente de las librerías.
Por ello, y cinco años después, SineQuaNon ha reeditado este libro cómic del dibujante Ioannes Ensis y del también creador de la cuenta de Twitter y autor de ‘Los últimos españoles de Mauthausen’ y ‘Los campos de concentración de Franco’ el periodista Carlos Hernández de Miguel.
“La obra ‘Deportado 4443’ ha respetado buena parte de los textos que tuiteó el prisionero español, pero ha sido resumida y reestructurada para que termine siendo un fiel, riguroso y completo relato de la historia de la deportación española”, precisaron desde el sello editorial.
Las ilustraciones reflejan las torturas, los asesinatos, las humillaciones a las que fueron sometidos los españoles por parte de miembros de las SS, de manera que “la tristemente célebre cantera de Mauthausen” que los prisioneros tenían que ascender cargados con bloques de granito de hasta 50 kilos, el crematorio, las cámaras de gas o el hambre han quedado plasmados en las 256 páginas de ‘Deportado 4443’.
HISTORIA REAL
En sus ilustraciones aparecen personajes reales, prisioneros españoles cuyas historias se conocen gracias a sus propios relatos o al testimonio de sus compañeros supervivientes; empezando por los dos narradores, el murciano Antonio Hernández Marín y el albaceteño Antonio Cebrián Calero.
Así, y tal y como ocurrió́ en Twitter, ellos son los que introducen al lector en el horror nazi. Y es que Antonio Hernández logró sobrevivir a cuatro años y medio de cautiverio en Mauthausen mientras que su gran amigo, Antonio Cebrián, no tuvo tanta suerte.
Junto a ellos, el cómic resucita en sus ilustraciones historias como la del fotógrafo de Mauthausen y responsable máximo del robo de los negativos que probaban los crímenes cometidos por los SS y que acabarían siendo utilizados en los juicios de Nuremberg contra los máximos dirigentes de la Alemania nazi, el barcelonés Francesc Boix; o el drama de José́ Alcubierre y Cristóbal Soriano, que no lograron evitar que los nazis asesinaran a su padre y a su hermano, respectivamente; o la fuga del murciano Antonio Velasco y otros dos españoles de uno de los grupos de trabajo del campo; o situaciones tan desoladoras como la que tuvo que soportar el cordobés Juan Romero, encargado de recoger las ropas de los grupos de judíos que iban a la cámara de gas.
“Cada ilustración está perfectamente documentada; cada historia que se cuenta es rigurosamente real”, afirmó Carlos Hernández, quien pasó más de tres años investigando, visitando archivos y entrevistando a los escasos supervivientes para escribir su obra ‘Los últimos españoles de Mauthausen’ y, a la vez, construir el relato en Twitter que personalizó en la figura de su tío, el prisionero número 4443 de Mauthausen Antonio Hernández Marín.
Por su parte, Ioannes Ensis, nombre de guerra del dibujante Juan Espadas, descubrió́ la cuenta de ‘@deportado4443’ y buscó la forma de contactar con su autor: “Tuve sentimientos muy profundos, como un rumor que surge de las tripas y del corazón y se convierte en un bramido. La mayoría de los cómics nacen del cerebro, de una idea que tal vez hemos estado persiguiendo durante años. Este cómic nació́ de las tripas. Quería, o, mejor dicho, tenía que ilustrar todos y cada uno de esos tuits”, declaró.
Así, reconoció que el trabajo “habría acabado con él emocionalmente” de no ser por el apoyo de su esposa, su hija y sus amigos más cercanos. “Hubo muchas noches en las que tuve pesadillas. El régimen de los campos nazis era tan perverso que me hacía sentirme culpable por no haber estado allí́ con las personas a las que estaba dibujando”, añadió, y confesó que numerosos dibujos no los disfrutó, sino que más bien los sufrió́.