En el punto de mira por el escrito de defensa que sus abogados presentaron el viernes en el Juzgado de Esplugues de Llobregat y en el que arremete contra Hacienda, reitera su inocencia y se define como una víctima, Shakira abandonaba ese mismo día Barcelona. La cantante, acompañada por sus hijos Milan y Sasha, su hermano Tonino y numerosas maletas, ponía tierra de por medio mientras se especula con que podría llegar a un pacto con el Ministerio Público para evitar un juicio mediático que podría afectar a su imagen
Su destino, Santander, donde podemos confirmar que ha disfrutado del fin de semana con sus pequeños y unos amigos, en los que se está refugiando en la etapa más convulsa de su vida. Apasionada del surf, la colombiana ha encontrado en la Playa de Oyambre su refugio particular y cinco meses después de su última escapada, ha vuelto a la localidad cántabra para desconectar y recargar pilas de cara a su inminente mudanza a Miami.
Ha sido a su llegada al aeropuerto e Barcelona, este domingo por la tarde, cuando la hemos visto de lo más sonriente y divertida. Muy pendiente de sus hijos, y con un look cómodo para viajar – gorro de lana incluido – en tonos anaranjados, Shakira demostró una vez más su cara más cercana con un grupo de fans, con los que charló cariñosa y se hizo una fotografía tras firmarles un autógrafo.
De peor humor estaba su hermano, que nada más ver a las cámaras a la salida del aeropuerto no dudó en llamar «pesada» a la reportera.