La borrasca Filomena ha traído frio, nieve, lluvia y una radical bajada de las temperaturas a las carreteras, unas condiciones meteorológicas que, en suma, provocan que las condiciones de las vías para la circulación sean extremadamente peligrosas, especialmente por la alta probabilidad de aparición de placas de hielo en la carretera.
Ante esta situación excepcional, se recomienda no utilizar el coche salvo causa mayor. No obstante, para quienes deban utilizar su vehículo, Northgate Renting Flexible, ha elaborado una guía de 7 consejos para conducir con hielo evitando el riesgo de que el vehículo se salga de la calzada.
Conducir con suavidad se vuelve una máxima, evitando los movimientos bruscos que son el principal enemigo del hielo: se debe recordar usar bien los frenos y no acelerar bruscamente. Al conducir sobre una placa, se debe evitar mover el volante o pisar freno y acelerador, buscando siempre que el coche se deslice sobre el hielo hasta alcanzar el asfalto.
Aumento de la distancia de seguridad: Mantener la distancia de seguridad es fundamental en todas las condiciones meteorológicas, pero al conducir con hielo se vuelve más importante si cabe. Es clave maximizar esta medida para evitar colisionar si el vehículo precedente en la calzada pisa el freno. Hay que recordar que la distancia de frenada se multiplica por 10 cuando hay placas de hielo.
Revisión de neumáticos: El hielo es uno de los elementos con menos coeficiente de fricción que existe y que, además, endurece las gomas y reduce su adherencia. Ante esto, se pueden utilizar neumáticos de invierno, algo especialmente adecuado si vives en zona de nevadas habituales, que están diseñados para mantenerse flexibles a temperaturas más bajas de lo normal, o, en su defecto, se recomienda el uso de cadenas para asegurar una buena adherencia al asfalto.
Uso de marchas largas: Las marchas cortas provocan que las ruedas giren más bruscamente y ante el riesgo de congelación la conducción suave es la clave para evitar accidentes . Por ello, las marchas largas son las recomendadas para mantener el control del vehículo y el agarre del mismo a la carretera.
Mantener la calma ante los derrapes: En caso de deslizamiento, calma: el vehículo recuperará su estabilidad una vez los neumáticos vuelvan a agarrar la carretera y momento en el que será posible recuperar el control total de la marcha.
No alcanzar el límite de velocidad: Uno de los principales riesgos para la conducción con hielo es el desgobierno del vehículo, por lo que es fundamental desactivar el control de velocidad y ESP para tener un control total sobre el vehículo. La velocidad máxima recomendada es de 50 Km por hora.
Precaución a la entrada y salida de los túneles: El hielo es, en muchas ocasiones, difícil de ver, por ello hay determinadas zonas que se deben evitar o, en caso de no poder hacerlo, prestar especial atención durante la conducción. Estas zonas se corresponden con lugares sombríos en los que las temperaturas son más bajas como los túneles o pasos elevados.